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La Conferencia Episcopal Francesa emitió una serie de consejos destinados a ayudar a los católicos a no distanciarse de Dios durante su tiempo de descanso.
Redacción (15/07/2021 11:20, Gaudium Press) Con el objetivo de ayudar a los católicos a no alejarse de Dios durante sus vacaciones, los obispos franceses han preparado un verdadero ‘Decálogo del cristiano de vacaciones’, proponiendo let el tiempo de descanso también se utilizará como itinerario en el amor del Señor.
En el sitio web de la Conferencia Episcopal Francesa se explica el origen de esta propuesta. “Durante las vacaciones, somos ‘menos’ cristianos. Inclulso, a veces no lo somos en absoluto. Nos permitimos un tiempo excepcional, una fiesta sin Dios, los domingos sin misa. En resumen: Dios está de vacaciones ”, advierten.
Dedicando tiempo a la caridad y metiendo a Dios en la maleta
El primer mandamiento de este decálogo llama a dedicar tiempo a la caridad, reflexionando sobre el peso que la entrega tendrá durante las vacaciones. Para los obispos, este es un punto esencial, ya que de lo contrario “el período vacacional corre el riesgo de ser solo egoísmo disfrazado de relajación”.
El segundo mandamiento es poner a Dios en la maleta, es decir, llevar consigo una Biblia, un libro con la historia de un santo o incluso alguna obra de teología que ayude a pensar en las cosas divinas. Además, no pueden faltar el rosario y un pequeño crucifijo.
Llevar a Dios en el corazón, huir de las ocasiones de pecado y no faltar a la Misa
En el tercer mandamiento, se invita a los católicos a llevar también a Dios en sus corazones en cada momento de sus vacaciones, ya que la fe es nuestro vínculo con el Señor. En el cuarto mandamiento se exhorta a los creyentes a huir de lugares sin Dios, es decir, de situaciones que dañan nuestro vínculo con Dios.
El quinto mandamiento enfatiza que el tiempo de vacaciones debe entenderse como un domingo largo y, por tanto, como “un tiempo para dedicar un espacio sólo a Dios”. El sexto mandamiento es prácticamente una evolución del anterior, no faltar a misa con excusas triviales, sino que siempre participar en el encuentro con el Señor.
Contempla la belleza, da testimonio de Cristo, sirve a los demás y regocíjate
En el séptimo mandamiento, se anima a los católicos a contemplar la belleza presente “en la naturaleza, en el arte, en los seres humanos”, porque “sin contacto con la belleza, rápidamente nos secamos”. El octavo mandamiento pide que se dé testimonio de Cristo, porque “en las vacaciones no debemos limitarnos a ‘seguir siendo’ cristianos, sino también a despertar la fe en los demás”.
El noveno mandamiento exhorta a los fieles a servir a los otros, porque ponerse al servicio de los demás significa ir “por el camino de Dios”. Finalmente, el décimo mandamiento invita a los católicos a regocijarse, porque “el cristiano se regocija en todo porque su alegría está sobre todo en Dios, y a su regreso, mejor que las orgullosas fotos de emprendimientos turísticos, el cristiano dará testimonio de un corazón más feliz por haber llevado a Dios de vacaciones con él ”. (EPC)
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