La Basílica de la Anunciación, en Nazaret, celebró el “Sí” de María. Estuvo el Patriarca Pizzaballa.
Redacción (10/04/2024, Gaudium Press) El pasado 8 de abril, la comunidad de frailes franciscanos presentes en Nazaret, Israel, se reunió en la Basílica de la Anunciación para celebrar el ‘¡Sí!’ de la Virgen al Santo Arcángel Gabriel y la Encarnación del Verbo. La Solemnidad de la Anunciación normalmente se celebra el 25 de marzo, sin embargo, este año se trasladó debido a la Semana Santa.
La celebración de esta solemnidad litúrgica fue presidida por el Patriarca de los Latinos de Jerusalén, Cardenal Pierbattista Pizzaballa, y concelebrada por el Vicario Mons. Rafic Nahra; por el Nuncio Apostólico en Israel, Mons. Adolfo Tito Yllana; por fray Ibrahim Sabbagh, párroco de Nazaret; y por fray Wojciech Bołoz, guardián y rector de la Basílica de la Anunciación y Santuario de la Sagrada Familia en Nazaret.
Dos acontecimientos principales de la historia de la salvación: la Encarnación y la Resurrección
En su homilía, el Patriarca destacó la coincidencia de que la fiesta de la Anunciación de este año se celebre en la octava de Pascua: “¡En un mismo día se unen los dos acontecimientos principales de la historia de la salvación, la Encarnación y la Resurrección! Jesús, con la Pascua, completará la obra iniciada con el ‘sí’ de María: un ‘sí’ a la fe y a la confianza, incluso en lo que parece humanamente imposible. María nos enseña a decir ‘sí’ con confianza ilimitada a lo que está por venir, porque ella confía en Dios”.
El Patriarca también se dirigió al público el rector de la Basílica de la Anunciación, recordando que “sin Encarnación no hay Resurrección” y que estas dos fiestas están unidas en el Misterio de Cristo. “La historia de la salvación, que termina en la tumba vacía, comienza aquí mismo. Y luego recordamos las palabras de Jesús resucitado, que dice a los apóstoles: ‘¡Regresen a Galilea! ¡Allí me encontraréis!’ [ndr. Nazaret se encuentra en Galilea] Significa volver a los orígenes, empezar desde el principio, y significa también volver aquí, y desde aquí rehacer la historia de la salvación, para comprenderla cada vez mejor”, explicó.
Procesión y bendición apostólica con indulgencia plenaria
Al final de la solemnidad litúrgica, en el interior de la Basílica Superior se realizó una procesión, ‘Memoria de la Encarnación del Verbo de Dios’ (‘Memoria Verbi Dei Incarnationis’), seguida de la lectura de tres pasajes de los Evangelios vinculados al misterio de la Encarnación y el rezo de la oración Mariana del Ángelus. Finalmente, el Patriarca ofreció la bendición apostólica con una indulgencia plenaria concedida por el Papa Francisco con motivo de la fiesta. (EPC)
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