viernes, 22 de noviembre de 2024
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Cómo se reconstruye la fe, en un país ex-comunista: Mons. Pasotto en Georgia

El Obispo declara que la fe católica se salvó en todos los países ex comunistas por el rezo del Rosario.

Ordenacion

Ordenación de un sacerdote en Rabati

Redacción (21/02/2022 10:51, Gaudium Press) ¿Cómo se ‘reconstruye’ la fe, en un país que acaba de dejar el comunismo? Es la historia que cuenta a Ayuda a la Iglesia Necesitada Mons. Giuseppe Pasotto, Administrador Apostólico del Cáucaso para los países de Georgia y Armenia. Mons. Pasotto está en misión a Georgia en 1993.

Una realidad muy precaria

Es difícil describir en pocas palabras cómo era la situación de la Iglesia cuando llegué aquí, – comenta el prelado. Georgia acababa de independizarse de Rusia y había roto todas las relaciones con este país, incluidas las económicas. Cuando llegué había gas, agua y electricidad; un mes y medio después, llegamos a un punto en el que solo había electricidad dos horas al día, agua cada dos días y el suministro de gas estaba cortado por completo. En los mercados quedaban muy pocas cosas. Por poner un ejemplo: un día necesitaba un limón y fui al mercado. No pude encontrar ningún limón hasta que me encontré con una mujer que tenía dos. Solo vendía estas dos frutas. Decidí comprar los dos, pero ella me dijo: ‘Le daré solo uno, pues otra persona podría necesitar el otro’. Quedé asombrado y lleno de admiración. Otra cosa que nunca olvidaré es el grito de alegría que se oía cuando volvía la electricidad por una o dos horas y se podían apagar las velas o las lámparas de gas”.

Sufrió el frío, y demás privaciones que vivía la gente, pero “esto nos ayudó a amar aún más a este pueblo”.

Solo quedaba una iglesia, las parroquias del campo estaban desiertas

Mons. Pasotto

Mons. Pasotto, en visita a una construcción

La única iglesia que quedaba abierta en el país tras el comunismo era la de San Pedro y San Pablo, en Tiflis: “Las parroquias dispersas por el campo estaban todas desiertas. Nuestro primer paso fue restablecer los contactos y buscar más sacerdotes de otros países e iglesias locales que pudieran venir a ayudarnos. Muy lentamente, empezamos a restaurar las estructuras principales. Pienso que la fe católica, no solo en Georgia, sino en todos los países comunistas, se salvó gracias al rezo del rosario. La gente se reunía en las casas para rezar, y las abuelas sentían esta responsabilidad. No se necesita ni sacerdote ni las cuentas de los rosarios, se pueden contar las avemarías con los dedos de las manos”.

También se dedicó a la formación de catequistas. En un campamento se reunieron 30 muchachos, que luego trabajarían con los niños en las parroquias dispersas. Luego imprimieron un catecismo: “Fue el primer documento impreso que tuvimos, poco a poco, se fueron abordando otros temas”.

Pero en el 2008 llega un golpe inesperado, la guerra entre Georgia y Rusia: “En muy poco tiempo, Rusia dejó claro que no había esperanza para el ejército georgiano y se acercó mucho a Tiflis con sus bombardeos. Por primera vez, vi a personas presas del pánico. En nuestra sala de reuniones acogimos a refugiados de Gori durante todo un mes y nos ocupamos de ellos. Incluso hoy me envían cartas de agradecimiento con ocasión del aniversario de la guerra”, comenta el obispo. Gori era el frente de guerra.

Se sufre de discriminación

Los católicos, que son minoría en una mayoría ortodoxa “a menudo son discriminados y tratados injustamente. Basta pensar en las seis iglesias confiscadas durante el comunismo y que nunca fueron devueltas, pero también en la prohibición de los matrimonios entre personas de diversas confesiones”. “Nuestra universidad católica juega un papel importante, ya que la mayoría de los estudiantes no son católicos”.

Le importa mucho la buena formación de los fieles a Mons. Pasotto. Hay jóvenes que se preparan para el sacerdocio y la vida consagrada, en un camino que es largo porque se requiere buena formación. Además está la dificultad del idioma, que para aprenderlo se requiere un esforzado estudio y solo sirve para ese país. Esto dificulta la venida de sacerdotes extranjeros. “Pero el Señor dispone y provee”, afirma el Obispo.

Mons. Pasotto agradece toda la ayuda dada por Ayuda a la Iglesia Necesitada, que “siempre se ha distinguido por apoyar las obras de evangelización y formación. Cada año, gracias a ACN, es decir, gracias al apoyo de miles de benefactores, hemos podido realizar iniciativas pastorales, especialmente los campamentos de verano para la formación en la fe de niños y jóvenes”.

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