“No hay, al menos de manera oficial, ningún protocolo preparado para la ceremonia litúrgica del funeral del Papa emérito”, afirma el P. Magnoli.
Redacción (29/12/2022 12:11, Gaudium Press) Tras la noticia del agravamiento de la salud de Benedicto XVI, con 95 años, explica ahora el P. Claudio Magnoli –consultor de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos– que es “muy plausible” que sea el propio Papa Francisco quien oficie una ceremonia de exequias del Papa emérito Benedicto XVI.
“Han pasado 600 años desde la última vez que renunció un Papa y no hay, al menos de manera oficial, ningún protocolo preparado para la ceremonia litúrgica del funeral del Papa emérito en el Vaticano. No obstante, es muy plausible que sea el Papa Francisco quien lo oficie”, expresó el presbítero Magnoli en entrevista con Europa Press.
De hecho, como lo registra el sacerdote, no se había presentado ninguna renuncia de un Papa desde Gregorio XII en 1415. Antes de Gregorio habían renunciado el Papa San Clemente sucesor de Anacleto en el año 92, el Papa San Ponciano alrededor del año 235, el Papa San Silverio en el 537, Benedicto IX en 1045, y Celestino V en 1294.
El P. Magnoli afirma que es normal que con el Papa emérito se use “básicamente el ritual previsto para los funerales de los Papas, ya que con Benedicto XVI estamos hablando de un Pontífice”. “La diferencia es que en caso de fallecimiento de un Papa en el cargo es el decano de los cardenales quien preside, es decir, el cardenal Giovanni Battista Re”, agregó.
De acuerdo a la constitución Universi Dominici Gregis(sobre la vacante de la Sede Apotólica y la elección del Romano Pontífice), cuando muere un Papa en ejercicio es el colegio de Cardenales el que determina el cuando y el cómo el cuerpo del Pontífice se traslada a la Basílica de San Pedro, para el homenaje póstumo de los fieles.
Después, el reglamento prevé los ‘Novendiali’, es decir nueve días de luto oficial, durante el cual se realiza la inhumación del Papa. El inicio de los Novendiali, “para que la inhumación tenga lugar, salvo por motivos especiales, debería ser entre el cuarto y el sexto día después de la muerte”. En el caso de San Juan Pablo II, él muere el 2 de abril de 2005 y es enterrado el 8 de abril. La ceremonia tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, con la asistencia de líderes del mundo entero.
Con información de Infocatolica
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