¿Cuál es la “balanza” correcta? ¿Con qué medida debo medir a los demás?
Redacción (27/03/2023 14:47, Gaudium Press) Esfuérzate por soportar con paciencia las faltas y debilidades de los demás; otros también tendrán mucho que soportar de ti.
Si no puedes hacer tú mismo como deseas, ¿cómo puedes esperar que los demás se ajusten a tu deseo? Fácilmente queremos que los demás no tengan defectos, pero no corregimos los nuestros.
Queremos que los demás sean severamente corregidos, pero no queremos que nos reprendan a nosotros mismos. Nos disgusta demasiado la libertad de los demás, pero no queremos que se nos niegue lo que pedimos; nos complace que otros estén sujetos a los estatutos, pero no toleramos la menor prohibición. De ahí que se vea cuán raramente usamos el mismo equilibrio para nosotros y para los demás.
Si todos fuéramos perfectos, ¿qué sufriríamos por amor a Dios?
Así, sin embargo, dispuso Dios, para que aprendamos a “llevar las cargas los unos de los otros” (Gl 6,2); porque cada uno tiene su carga; nadie es perfecto, nadie es autosuficiente, nadie es lo suficientemente sabio para guiarse a sí mismo; pero, recíprocamente, debemos soportarnos y consolarnos; unos a otros debemos prestar auxilio, instrucción y consejo. Es en la adversidad donde mejor se manifiesta la virtud de cada uno; la ocasión no hace al hombre débil, lo revela tal como es”.
TOMÁS DE KEMPIS. Imitación de Cristo. São Paulo: Cultor de Livros, 2019, p.59.
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