En el video habla el P. François Buet, exorcista de la Arquidiócesis de Marsella. El video se titula “Un sacerdote nos explica el exorcismo católico”.
Redacción (16/04/2024, Gaudium Press) El ministerio del exorcistado se está extendiendo, también por necesidad, en el mundo entero.
En el 2022, en el curso de exorcistas que cada año se realiza en el Ateneo Regina Apostolorum de Roma, se presentó un estudio que contabilizaba los datos de exorcistas por países. En España, había 37 exorcistas para 70 diócesis. Francia, con 104 diócesis contactadas, tendría 32 exorcistas, es decir, uno para cada tres diócesis.
Ahora la Conferencia Episcopal Francesa da un paso adelante para que este ministerio vaya siendo cada vez más ‘normalizado’, difundiendo el vídeo titulado “Un sacerdote nos explica el exorcismo católico”, en el que el padre exorcista François Buet explica en qué consiste su tarea. El P. Buet es exorcista de la arquidiócesis de Marsella, uno de los tres con los que cuenta esta jurisdicción.
Explica el P. Buet que el exorcista actúa siempre con “permiso de sus obispos” y que este ministerio, de acuerdo al Derecho canónico, se le encomienda “solamente a un presbítero piadoso, docto, prudente y con integridad de vida”.
El exorcista indaga si la persona afectada ha tenido que ver con ocultismo, esoterismo, magia o adivinación.
El ritual de exorcismo inicia “por bendecir el agua, agua bendita, y luego se reza la letanía de los santos, para luego hacer una lectura de la Palabra de Dios, sigue la imposición de las manos, la profesión de fe, una oración al Padre y luego se recita una fórmula pidiendo que la persona sea liberada de todo mal”.
Hay una parte “deprecativa” (en que el sacerdote se dirige a Dios) y otra “imperativa” en que el sacerdote ordena al demonio que se vaya. El P. Buet dice que “generalmente la fórmula deprecativa basta”.
Un exorcismo termina con el Magnificat y una oración conclusiva. Una sesión normal, dice, “puede durar entre 20 y 30 minutos, de acuerdo a las circunstancias”.
En la arquidiócesis de Marsella, los exorcistas cuentan con un grupo de colaboradores, pertenecientes a la comunidad cristiana. Cada tres meses, el equipo de exorcistas, colaboradores y un psicólogo se reúnen para hacer una revisión conjunta.
“Buscamos distinguir, justamente, entre lo que es del orden psicológico y lo que es del orden espiritual, e intercambiamos opiniones juntos, en el secreto de la confidencialidad, sobre las situaciones con las que nos hemos encontrado”.
Sacerdotes de oración, fascinados por Cristo
También puntualiza que una persona que se deja fascinar o impresionar por el mal no debería ser exorcista. “Se debe estar fascinado por Cristo, se debe tener los ojos fijos en Cristo”, apunta. Y propone “rezar con sencillez y con cierta sobriedad”.
El P. Buet tiene dos horas de oración personal al día, una por la mañana y otra por la noche, además de celebrar la Misa cada día y de confesarse cada dos semanas.
El sacerdote considera que en estos casos es fundamental acudir a la fuerza del sacramento de la confesión, fuente de libertad. La persona implicada debe confesarse y pedir perdón sobre todo por los actos de ocultismo o esoterismo con los que se abrió a la acción del mal.
Con información de Religión en Libertad
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