El día de la votación en el Parlamento Europeo de la regulación del uso de “sustancias de origen humano”, los obispos europeos piden modificar la definición de ese término, que es demasiado amplio y podría vulnerar la dignidad humana. “Es un texto necesario, pero pedimos algunas aclaraciones.”
Redacción (13/09/2023, Gaudium Press) “Poner los embriones al mismo nivel de las células y los tejidos no es bueno. No se respeta la peculiaridad y la dignidad del embrión humano; su importancia como ser humano debe ser defendida y creemos que esto debe aclararse”: Así expresa el padre Manuel Enrique Barrios Prieto, secretario general de COMECE – la Conferencia de los Episcopados de los países miembros de la UE – y en nombre de los obispos del Viejo Continente, la preocupación por el texto del “Reglamento sobre los parámetros de calidad y seguridad de las sustancias de origen humano destinadas a la aplicación en seres humanos”, objeto de votación en el Parlamento Europeo.
Un reglamento decisivo para el futuro
El texto, que de ser aprobado será la base del diálogo interinstitucional con la Comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea para una legislación sobre el tema, según se lee en un comunicado de prensa conjunto de la COMECE y el Comisariado de los obispos alemanes de Berlín, “marcará el curso de la futura discusión sobre la vida humana prenatal en el derecho farmacéutico y de trasplantes, influyendo así en el debate en curso sobre el fortalecimiento de la asistencia sanitaria en la Unión Europea, planteando numerosas cuestiones éticas y constitucionales en los Estados miembros de la UE”.
Las “Sustancias de Origen Humano”
Lo que preocupa a los obispos europeos es la definición de “Sustancia de Origen Humano”, en inglés Substance of Human Origin, abreviado como SoHO. En el proyecto de reglamento, ya modificado por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, este término se refiere a la sangre y los tejidos y, en lo que respecta al sector de la medicina reproductiva, no solo a las células germinales no fecundadas: espermatozoides, ovocitos y ovocitos deteriorados, sino también a embriones y fetos.
Un texto necesario, pero aún por aclarar
“En principio”, explica el Padre Barrios a los medios vaticanos, “la referencia más clara es la sangre, los tejidos y las células humanas que se utilizan para prácticas médicas muy legítimas, muy útiles y que salvan vidas, como es la transfusión. Entonces esta es una buena legislación y es necesaria, porque las regulaciones que teníamos ya no eran actuales. Además, en el reglamento también hay un muy buen principio ético que dice claramente que el cuerpo humano no puede utilizarse con fines comerciales. Pero nuestra duda proviene de la forma en que se define SoHO, porque es una definición muy amplia que incluye embriones humanos”. “Si esta regulación se vuelve definitiva”, explica, “sería preocupante, porque la defensa del embrión humano es importantísima. La Unión Europea tiene esta vocación de defender la dignidad del ser humano, y esto se convertiría en una práctica que podría extenderse a países donde, por el contrario, el embrión está muy protegido también para la investigación».
El temor de los obispos europeos
Esta reglamentación, se lee más adelante en el comunicado de prensa, podría influir en la extracción y utilización de embriones muertos y fetos, así como en el uso alternativo de embriones sobrantes producidos in vitro y que no hayan sido implantados deliberadamente en el útero. Debido a la amplia definición, existe el temor de que incluso los niños concebidos naturalmente que aún no son viables de forma independiente en las etapas prenatales de desarrollo puedan incluirse en el término SoHO.
Evitar las tendencias eugenésicas
“Otro aspecto que nos preocupa un poco”, continúa el secretario de la COMECE, “es el hecho de que, ya que se quiere proteger al donante y al receptor, garantizando que no se transmitan enfermedades a través de estos SoHOs, se debe hacer un examen, y este examen, cuando la vida humana está presente de alguna manera, puede dar lugar a prácticas eugenésicas o a una determinada forma de selección éticamente no lícita”. Además, debe aclararse el alcance de la discrecionalidad de los Estados miembros. “Se dice en el reglamento que cuando hay normas más estrictas en los países, especialmente en lo que respecta a algunos aspectos éticos, estas deben respetarse. Pero creo que esto debería especificarse un poco más claramente”.
La importancia de la formación
En este sentido, además de pedir modificaciones en el texto de la reglamentación, los obispos europeos reiteran la importancia fundamental de la formación. “Creo que es nuestro deber, como COMECE, proteger y defender la vida humana en todos sus momentos, sobre todo cuando se es más frágil y más vulnerable. Siempre intentamos defenderla y creo que es nuestro deber muy importante la formación y la información de las personas, de los políticos y de los funcionarios europeos sobre estos temas, porque a veces creo que lo que realmente falta no es tanto una actitud contraria a lo que dice la Iglesia o tener una posición diferente. Pero lo que a veces vemos, es que a veces no hay conocimiento de lo que está en juego y por eso creo que es nuestro deber informar sobre estos temas que son importantes”. (Con informaciones de Vatican News).
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