Privatización y subcontratación, salarios estancados, ascensos no transparentes y no relacionados con el desempeño, balances presupuestarios no publicados, es esto se queja la Asociación de Empleados Laicos del Vaticano.
Redacción (24/08/2024 11:47, Gaudium Press) La Asociación de Trabajadores Laicos del Vaticano (ADLV) emitió un comunicado expresando su preocupación por las actuales políticas económicas implementadas durante el pontificado del Papa Francisco, que además de no haber generado los resultados financieros esperados, plantean dudas sobre el sentido de trabajar para las estructuras y departamentos de la Santa Sede.
“Formar parte de la comunidad de empleados del Vaticano debe significar ser miembro de una familia especial caracterizada por valores específicos que la distinguen de las empresas externas, especialmente de las privadas”, sin embargo, observando los cambios resultantes de la reforma económica, la ADLV se pregunta si hay es una verdadera consideración hacia la ‘persona humana’.
“A partir del Motu Proprio Fidelis dispensator et prudens, el Vaticano empezó a prestar especial atención a la economía, que ahora es un rasgo dominante en todas las actividades de la res vaticana”, añade la ADLV. “Nuestro interés es también proteger la imagen de la Santa Sede, lamentablemente socavada en los últimos años por los escándalos”.
“Hoy, dada la inversión de recursos realizada, ¿cuáles son los resultados de esta ‘revolución’? No sabemos exactamente por qué hace unos años no se publicaron los datos presupuestarios, que ya se han discutido en ruedas de prensa. No hemos perdido la esperanza de poder ver el próximo presupuesto definitivo de 2023”, lamenta ADLV.
El sindicato del Vaticano tiene una extensa lista de quejas que incluyen privatización y subcontrataciones, estancamiento salarial acompañado de aumentos de alquileres, ascensos que no son transparentes y no están vinculados al desempeño, así como saldos presupuestarios no revelados.
“Las noticias más recientes nos hablan de un Vaticano que se está abriendo a la subcontratación en varios sectores. Esto representaría un cambio radical de dirección: de una pequeña comunidad inspirada en los valores del Evangelio, deseosa de resaltar su particularidad ante los ojos del mundo, a una empresa de pleno derecho. Una multinacional un tanto coja que carece de muchos de los bonos, premios y bonificaciones de los que disfrutan los empleados externos. Hoy en día existe una tendencia a hablar de “cultura empresarial”. Entonces, ¿en qué se está convirtiendo el Vaticano? ¿Para quién trabajamos? Todos sabemos la importancia de mantenerse al día, pero ¿a qué costo? ¿Cuáles son las razones detrás de este cambio repentino? Todo está en silencio”, continúa el sindicato.
“Los bienes inmuebles, que son responsabilidad de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, fueron entregados a la dirección de algunas agencias inmobiliarias italianas; los bienes muebles, las inversiones en bonos y los bonos de todos los órganos/ministerios fueron repentinamente desmantelados y entregados a empresas en su mayoría estadounidenses”.
“Annona, el supermercado del Vaticano, pronto correrá la misma suerte: su dirección pronto será confiada a una conocida marca italiana. Los funcionarios 30/40 del Vaticano, notificados a posteriori, deben ser reubicados dentro del Vaticano, no se sabe exactamente dónde, como tampoco se sabe cuál será el destino de las empresas externas que actualmente colaboran con Annona”.
“Tenemos la percepción de que la institución se está ‘deconstruyendo’ lentamente. ¿Es una política que vale la pena? Sólo el tiempo nos dará las respuestas correctas. Mientras tanto, nos preguntamos: ¿qué pasó con la necesidad de proteger los datos y la información? ¿Y la prudencia? ¿Por qué no fortalecer los recursos internos, cada vez más desmotivados y confusos? ¿En qué dirección vamos?
Concluye el comunicado destacando que “el descontento crece sin piedad, como lo demuestra la acción colectiva iniciada por algunos empleados de los Museos Vaticanos. ¿Cuándo se inaugurará la tan deseada apertura al diálogo al estilo del cardenal Casaroli?
Entre los meses de abril y mayo de este año, empleados de los Museos Vaticanos, en un caso sin precedentes, presentaron una acción colectiva ante el gobierno del Vaticano exigiendo mejores condiciones laborales, que incluyen el reconocimiento de la antigüedad en el servicio, las bajas por enfermedad y la compensación de horas extras.
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