lunes, 13 de octubre de 2025
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Cuando el diablo se paseó por la catedral de Canterbury ensuciando con grafitis

La propia página web de la centenaria catedral de Canterbury regista las reacciones fuertemente contrarias a la exposición “Hear us”.

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Foto: canterbury-cathedral.org

Redacción (13/10/2025 10:55, Gaudium Press) Es la propia página web de la Catedral de Canterbury, la que publica desvergonzadamente el estampado de grafitis en la centenaria catedral, con la complacencia de sus autoridades.

Recuerdo mi fugaz paso por Londres, cuando a medida que el avión descendía a Heathrow iba contemplando por la ventana el paisaje de los verdes esmerilados de sus prados, mayormente formando figuras geométricas bien definidas. Entretanto, esta contemplación, alegre pero tranquila, fue súbitamente interrumpida cuando vi la silueta de unas torres y unas murallas que se fueron definiendo mejor a medida que el avión avanzaba, ya no tan rápidamente: eran las piedras del famoso castillo de Windsor, que estaba justamente en la línea de aproximación al aeropuerto, ya cerca y por tanto cuando el avión se encontraba a baja altura.

No soy propiamente anglófilo sino más bien algo francófilo, por lo que el fuerte entusiasmo que estaba sintiendo por el castillo me sorprendió, y percibí que no se debía solo a la belleza de la construcción, sino porque Windsor era realmente un patrimonio de la humanidad, referencia en la mente de muchos de las buenas y centenarias tradiciones del viejo león británico.

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Windsor Castle – Foto: Wikipedia

De muchas maneras la Catedral de Canterbury es algo parecido.

Canterbury no es solo hablar del cristianismo en Inglaterra, sino de la existencia de Inglaterra, porque a pesar de su historia previa, para muchos como yo, lo que hoy es Inglaterra nace cuando San Gregorio Magno envió a San Agustín de Canterbury a evangelizar a los sajones de esas tierras, consiguiendo la conversión del rey de Kent, Ethelberto, quien donó los terrenos para construir la primera versión de lo que es hoy la famosa Catedral. Si Windsor es Inglaterra, tal vez con más razón Canterbury, a pesar de estar bajo dominio anglicano, también es Inglaterra.

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Catedral de Canterbury – Foto: Wikipedia

Por eso, no pude dejar de tener una reacción ‘vomitiva’ e indignada, cuando un ilustre contertulio me pasó el link de la página de la Catedral, que daba cuenta de las reacciones viscerales de muchos, ante “los atrevidos gráficos estilo grafiti y las preguntas que invitan a la reflexión expuestas en los antiguos muros”. Es claro, la página, buscando apoyar a sus autoridades, llama a los horrendos grafitis de “obras de arte” (artworks), eso que no es sino manchas comúnmente cicodélicas y de formas desagradables cuando no monstruosas, rápidamente hechas sin mayor esfuerzo, que afean impúnemente espacios públicos y privados.

Pero además, están los mensajes ridículos y con sabor a blasfemia que han permitido se expresen en estos grafitis: “¿Estás ahí?”, “¿Por qué creaste odio cuando el amor es mucho más poderoso?” y “¿Tiene alma todo?”, mensajes que responden a la iniciativa “¿Qué le preguntarías a Dios?”. Si un diablo de los aires hubiera recibido autorización para afear la catedral emblemática, difícilmente lo hubiera hecho mejor.

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Foto: canterbury-cathedral.org

Pero todo se quiere cubrir como la expresión interrogativa, exploradora de “poesía, curiosidad y autoridad” de personas de “comunidades marginalizadas”, apoyadas por “talentosos artistas para crear una vibrante literatura”, cuando lo que es es simplemente el verbo fácil de personas no formadas en la fe de Cristo, que con su accionar manchan y afean una de las reliquias de la humanidad.

Como la misma página de la catedral de Canterbury registra, no han faltado las reacciones sensatas de personas que califican esos grafitis de “sacrilegio”, o el deseo de convertir la catedral en un “aparcamiento subterráneo en Peckham”. Claro: no solo nos tenemos que aguantar que en las grandes ciudades del mundo, horrorosos grafitis comúnmente de figuras terroríficas, crípticas y con mensajes siniestros o indescifrables, afeen el paisaje, sino que ahora se quiere y se permite que estas expresiones culturales invadan lo poco que resta que belleza en la humanidad.

Las ‘razones’ para justificar esa monstruosidad, por parte de autoridades y ‘artistas’ abundan, haciendo un uso prostituido del lenguaje y de la argumentación. No las vamos a repetir aquí.

Solo decimos que ya va siendo hora de gritar que lo feo es feo, por más que se le quiera llamar bello; que horror no es “arte”, por más que se lo llame de expresión ‘contemporánea’. Que antes de ocupar con esos horrores el espacio público, por lo menos se debería consulta a la ciudadanía si prefieren las figuras horrendas grafíticas o más bien un cuadro de Canaletto, o los ángeles de Fra Angelico, o estampas de Venecia. Y sobre todo, tenemos el derecho de exigir que no se extienda la mancha del horror sobre la verdadera belleza, porque aún en medio de esta decadencia humana, la gente en su corazón sabe distinguir belleza de fealdad, y tiene el derecho de que la belleza mantenga la esperanza que salvará el mundo.

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Coro de la Catedral de Canterbury – Foto: Wikipedia

Gracias a Dios la exposición “Hear us” en Canterbury es temporal. Hasta que nos la repitan… Por lo demás no nos parece entera casualidad que la exposición haya llegado contemporánea de la nueva ‘Arzobispa’.

Por Carlos Castro

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