El cuerpo de Santa Teresa de Jesús regresó este lunes a la capilla de la Basílica de la Anunciación después de dos semanas de exhibición pública. Según datos facilitados por la Orden del Carmen, más de 90.000 personas pasaron por Alba de Tormes, España, durante estos quince días.
Fotos: Carmelitas Descalzos OCD Ibérica/ Facebook
Redacción (27/05/2025, Gaudium Press) El cuerpo de Santa Teresa de Jesús regresó, este lunes 26 de mayo, a la capilla de la Basílica de la Anunciación después de más de dos semanas de exposición pública. Según datos facilitados por la Orden del Carmen, más de 90.000 personas pasaron por Alba de Tormes durante esos quince días.
El cuerpo de la Santa fue expuesto con profundo respeto en la Basílica de la Anunciación, invitando a la contemplación, a la oración y al redescubrimiento de su legado místico. Su cuerpo incorrupto, “testimonio de fe y de entrega, permanece silencioso pero habla poderosamente a las almas de quienes se acercan a él con devoción”, comentó el prior carmelita de Alba y Salamanca, Miguel Ángel González.
Aunque el cuerpo ofrece “el mismo aspecto que tenía la última vez que se abrió su tumba”, el prior carmelita destacó que en esta veneración “hay que trascender la imagen visual con una mirada contemplativa, como la de santa Teresa de Jesús, para aprovechar el don espiritual que ella ofrece, el testimonio de su vida, la riqueza de sus escritos, la grandeza de su testimonio, como mujer, como santa y como médica”. “Santa Teresa de Jesús es para todos, por tanto, patrimonio de la humanidad”, afirmó.
El traslado comenzó temprano en la mañana. Ocho carmelitas descalzas, cada una de un convento diferente, portaron la urna desde la plaza de Santa Teresa, atravesando Sánchez Rojas y la plaza Mayor, hasta la puerta del Museo Carmus. Al frente de la procesión, una bandeja con las llaves utilizadas para abrir la tumba.
Una vez en la capilla superior de la basílica, se pidió a la prensa que abandonara la iglesia para preservar un momento de recogimiento entre la comunidad religiosa. La ceremonia comenzó con la firma del acta notarial que fue depositada en la urna.
El hábito de la santa también fue cambiado y ahora viste uno más sencillo. El anterior se conservará en la sala de reliquias.
El acto de clausura se celebró con las cuatro llaves tradicionales: la del Padre General de la Orden Carmelita, la de la Madre Priora de los Carmelitas Descalzos, la del Alcalde de Alba de Tormes, en representación de la Casa Ducal, y la del Prior de los Carmelitas de Ávila, en representación de la Casa Real.
El prior del convento carmelita de Alba, Miguel Ángel González, agradeció públicamente el trabajo de más de setenta voluntarios y el comportamiento de los peregrinos. Habló de “una experiencia intensa” que dejó momentos “de fe, silencio, agradecimiento y emoción”.
Según explicó, ésta era la tercera vez desde la muerte de la santa en 1582 que su cuerpo era expuesto al público: la primera en 1760, la segunda en 1914 y esta última la más grande y maciza.
Historia
El 4 de octubre de 1582 fallecía la Madre Teresa de Jesús en su convento de Alba de Tormes, permaneciendo su cuerpo expuesto en la primitiva iglesia hasta el funeral y entierro del día siguiente, 15 de octubre de 1582, por la mañana.
Cabe recordar que, en 1760, se inauguró el nuevo y definitivo sepulcro y el cuerpo del Santo fue colocado en la nueva urna de plata, en presencia de numerosas personalidades. En ese momento el cuerpo fue expuesto en la reja del coro bajo durante unas siete horas, luego el arca de plata fue colocada en el nuevo sepulcro de mármol. En esta urna fue colocado el cuerpo del Santo en la Basílica de la Anunciación de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
En 1914, la tumba de Santa Teresa fue abierta en dos ocasiones. El 16 de agosto de 1914 el cuerpo fue enterrado en privado en la capilla superior hasta el 23 de agosto de 1914, cuando fue colocado de nuevo en la tumba de mármol. El 28 de agosto del mismo año fue abierta a la veneración popular, pero fue cerrada nuevamente ese mismo día. Hubo intentos de reabrirlo en 1981-1982, con motivo del IV centenario de la muerte de Santa Teresa de Jesús, pero la intención no llegó a concretarse.
En un informe, el equipo científico que analizó el cuerpo de Santa Teresa de Jesús aclaró que se encuentra en un “extraordinario estado de conservación”, incluso después de tanto tiempo. A cambio, revelaron que la monja podría haber estado afectada por osteoporosis, artrosis bilateral de rodilla y una afección ósea en ambos talones vinculada a dolor crónico.
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