Pétalos de rosas rojas estaban esparcidos sobre la roca de Getsemaní, representando la sangre que Nuestro Señor Jesucristo derramó en este lugar.
Redacción (02/07/2024, Gaudium Press) Con motivo de la Solemnidad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, celebrada el 1 de julio, los Frailes de la Custodia de Tierra Santa celebraron una especial Santa Misa en la Basílica Getsemaní, lugar donde según Nuestro Señor Jesucristo sudó gotas de sangre y fue consolado por un ángel.
La celebración estuvo presidida por el Custodio de Tierra Santa, Hermano Francisco Patton, y concelebrada por el Vicario, Hermano Ibrahim Faltas, por el Visitador General, Hermano Alojzy Warot, por el Obispo Emérito de Chascomús (Argentina), Mons. Carlos Malfa, y por fray Silvio de la Fuente, así como por otros sacerdotes.
La sangre de Cristo nos sana de nuestros pecados
En su homilía, Fray Francesco Patton destacó el valor de la Sangre de Cristo como sello de la “nueva y eterna alianza” de Dios con su pueblo. “No somos rociados con sangre de animales muertos, sino que recibimos la sangre (es decir, la vida) de Cristo”.
El Custodio de Tierra Santa también habló del poder salvífico de la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos cura de los pecados. “La sangre de Cristo es su vida entregada en amor y con amor infinito, y es por eso que él es capaz de sanar nuestra propia vida cuando la recibimos”, aseguró.
Lugar donde Nuestro Señor Jesucristo sudó sangre
La celebración comenzó con el sonido de un antiguo himno titulado ‘Vexilla Regis’, en honor a la Santa Cruz. Además, sobre la roca de Getsemaní se esparcieron pétalos de rosas rojas, representando la sangre que Nuestro Señor Jesucristo derramó en este lugar, como lo indica la tradición católica.
Este hecho está narrado en el Evangelio de San Lucas, quien relata que la noche del Jueves Santo, padeciendo una terrible angustia por todo lo que iba a sufrir, Jesús sudó sangre y oró: “’Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Entonces se le apareció un ángel del cielo y lo consoló. En medio de su angustia oraba más intensamente y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo”.
Solemnidad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo
La Solemnidad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, instituida por el Papa Pío IX para el 1 de julio, fue suprimida en toda la Iglesia Universal con la reforma litúrgica de 1969, habiéndose conservado sólo en Jerusalén, que tiene permiso especial para celebrarla el día 1 de julio. Actualmente, en otros países, este aniversario se celebra junto con la Solemnidad del Corpus Christi. (EPC)
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