Entre los consejos de Fray Francesco Patton está el de alimentarse de la palabra de Dios y confiar en Él.
Redacción (07/03/2023 11:19, Gaudium Press) Jerusalén celebró el primer sábado de Cuaresma con la tradicional entrada solemne en la Basílica del Santo Sepulcro del Patriarca latino, Monseñor Pierbattista Pizzaballa, acompañado de dos filas de frailes franciscanos.
El ingreso al recinto se realizó a través de una procesión cantada, con salida desde la Capilla de la Aparición del Resucitado, siguiendo el tradicional recorrido que, desde 1336, los franciscanos realizan diariamente en el interior de la Basílica.
Rezo del Oficio de Lectura y celebración de la Santa Misa de Vigilia
En la noche del sábado al domingo, los religiosos franciscanos se reunieron en el Santo Sepulcro para recitar el solemne Oficio de Lectura y participar en la celebración de la Misa de la Santa Vigilia presidida por el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton. Tradición que se repite los domingos de Cuaresma desde 1754.
La celebración eucarística tuvo lugar en la Capilla de la Crucifixión, en el Calvario. En su homilía, fray Patton aseguró que “la mejor manera de vencer la tentación es, por un lado, alimentarse de la palabra de Dios y, por otro lado, confiar en Él en lugar de desafiarlo, obligándolo a realizar milagros”.
Dios debe estar en el centro de nuestros pensamientos
Comentando el Evangelio del día, que narra el episodio de las tentaciones de Jesús en el desierto, el Custodio de Tierra Santa subrayó que “para vencer la tentación, es Dios quien debe ser venerado, quien debe estar en el centro de nuestros pensamientos, nuestros afectos y nuestra persona, porque en el momento en que dejamos de adorarlo, nos convertimos en esclavos de otras realidades”.
Finalmente, el padre Patton destacó que “la Cuaresma nos confronta con una realidad de fragilidad, pero también nos da las herramientas para no ser víctimas, sumisos y esclavos de ella”. Y concluyó exhortando a los fieles a caminar “con confianza durante estos cuarenta días hacia la Pascua, hacia aquel día en que recordaremos el don de la vida nueva que recibimos en nuestro Bautismo”. (EPC)
Deje su Comentario