viernes, 20 de septiembre de 2024
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Custodio de Tierra Santa: Hay un ambiente de tensión como en la época de la Guerra del Golfo

Asia News conversó con Fray Patton sobre toda la situación en Tierra Santa, incluida la de los cristianos.

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Foto: Asia News

Redacción (05/08/2024 11:26, Gaudium Press) Asia News conversó con Fray Francis Patton, Custodio de Tierra Santa, sobre la situación de los cristianos en los lugares donde vivió y murió Cristo, y sobre toda la situación en esos lugares, que se encuentra en una situación de una aún mayor tensión, tras el asesinato del líder de Hamás Haniyeh en Irán, que muy probablemente precipitará un nuevo conflicto en Medio Oriente.

De esa entrevista extractamos algunos apartes:

¿Cuál es la situación actual en Tierra Santa, cada vez más escenario de guerra y violencia?

En este momento me encuentro en uno de los territorios de Tierra Santa, en Rodas, esperando poder regresar a Jerusalén dentro de unos días a pesar de que han cancelado muchos vuelos. Por lo que me cuentan el vicario y los hermanos, la situación es de una calma surrealista. Todos esperan, con miedo por un lado y esperanza por el otro, que la tormenta pase rápido y cause pocos daños, aunque la gente permanece encerrada en sus casas y hay una percepción de suspenso, de que algo se avecina aunque nadie sabe cuándo, cómo ni dónde.

¿Un clima diferente al que precedió al ataque iraní en abril?

Sí, hay una sensación de que es algo diferente pero nadie sabe hasta qué punto. Por ejemplo, no se sabe si el ataque será más o menos intenso, una condición diferente a la del 13 de abril. Por lo que me cuentan los frailes más ancianos, que están en Tierra Santa desde la década del ’90, para comprender la realidad actual hay que remontarse a la época de la Guerra del Golfo, cuando existía la amenaza de que Irak bombardeara con armas químicas. Los hermanos tenían que reunirse en el refectorio, sellando las ventanas, con las máscaras siempre preparadas, situación aún más paradójica que la de ahora.

Causan impresión las palabras de ayer del Ministro de Finanzas israelí, Smotrich, que justificó el recurso del hambre para dos millones de palestinos en Gaza como arma de guerra…

Estas palabras dan la medida de cuál es la concepción política de la extrema derecha religiosa y nacionalista israelí. A esto se suma el estancamiento relacionado con las próximas elecciones en Estados Unidos, que sin embargo podrían revelar sorpresas tanto en el caso de una victoria de Donald Trump como del éxito de Kamala Harris, porque no creo que ninguno de los dos aceptaría continuar como se han hecho hasta ahora las cosas sobre el terreno.

La composición actual del gobierno israelí, su orientación hacia la extrema derecha, ¿es también un reflejo de la sociedad o no la representa?

Desde mi punto de vista, la sociedad está dividida más o menos en dos mitades: todos los gobiernos de derecha se han mantenido en pie por un par de votos, no son mayorías que han arrasado en las elecciones [en un sistema unicameral con proporcionalidad pura]. En los últimos años se ha registrado un giro hacia la derecha, pero no es simplemente una derecha política, sino más bien político-religiosa en la que ha crecido el peso de agrupaciones cuya ideología básica es una mezcla de nacionalismo y mesianismo, de fundamentalismo religioso. Esta deriva ha sido alentada desde 2018 con la aprobación de una Basic Law, una ley fundamentalental del Estado, según la cual Israel es un «Estado judío», es decir, un Estado no hebraico sino judaico, con una connotación no solamente étnica, sino étnico-religiosa. Esto favoreció el ingreso en el gobierno de personas como [Itamar] Ben-Gvir y [Bezalel] Smotrich, con una mayor aceleración de la colonización, con las provocaciones de la derecha religiosa para trasladar el status quo a la Explanada de las Mezquitas y con un debilitamiento progresivo de la Autoridad Palestina y el aumento, como reacción, del peso de Hamás. Una polarización de ambos frentes.

¿Hasta qué punto es preocupante el frente norte y una expansión de la “guerra total” al Líbano?

Es una cuestión que desde el principio ha sido motivo de preocupación. Desde el 7 de octubre se dijo que, si no terminaba rápidamente, existía el riesgo de una expansión progresiva, y la primera posibilidad es precisamente el frente norte. Sin embargo, en el Líbano la mayoría de la gente no quiere la guerra, no están del lado de Hezbolá, y supongo que la mayoría de los que hacen referencia al mundo chiíta tampoco la quieren. Sólo una parte presiona a favor del conflicto o la provocación.

¿Cómo está la comunidad cristiana, no sólo en Gaza, sino en toda Tierra Santa, con tantos problemas sin resolver, como el de las propiedades eclesiásticas y la vieja cuestión de los impuestos con el municipio de Jerusalén?

La comunidad cristiana está sufriendo mucho en todos los territorios: en Gaza todos esperan que termine la guerra para ver quién ha quedado con vida; en Cisjordania, en Belén, llevan 10 meses sin trabajar porque la economía se basa en las peregrinaciones. Las escuelas también se encuentran en una situación crítica, desde Jericó hasta Belén y Jerusalén, porque las familias ya no pueden aportar y hay un empobrecimiento general que las lleva a sentirse humilladas. Por eso tienen una fuerte tentación de emigrar, incluso los cristianos de Galilea – que son los más ricos – a Chipre o Grecia.

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