De acuerdo a Die Tagespot, estos fueron el Obispo de Ratisbona, un Obispo auxiliar de Colonia y un Obispo auxiliar de Augsburgo.
Redacción (12/09/2022 16:57, Gaudium Press) La situación de la Iglesia alemana, particularmente la de su jerarquía, es más que crítica.
Die Tagespot con traducción de Infocatólica nos cuenta lo que pasó en la cuarta sesión asambleística del llamado Camino Sinodal alemán, en la que sólo 3 de los 62 participantes votaron, el viernes pasado, en favor “de la doctrina [católica] actual y su aplicación en la disciplina eclesiástica”.
Sólo Mons. Rudolf Voderholzer, Obispo de Ratisbona, Mons. Dominikus Schwaderlapp, Obispo auxiliar de Colonia, y Mons. Florian Wörner, Obispo auxiliar de Augsburgo, votaron consistentemente en contra de la apertura del ministerio ordenado a las mujeres, a favor de la enseñanza actual sobre la homosexualidad y en contra de los esfuerzos por cambiar el orden básico del ministerio eclesiástico de forma que el estilo de vida de los empleados a tiempo completo se desvincule en gran medida de las normas del catecismo.
De acuerdo al análisis de Regina Einig hecho en Die Tagespot sólo la diócesis de Ratisbona defiende sin reservas la doctrina católica tradicional. La mayoría de Obispos, capitaneados por el Cardenal Reinhard Marx, busca cambiar la doctrina sobre la ordenación sacramental, la homosexualidad, los ministerios eclesiásticos. La mínoría, a cuya cabeza está el Cardenal Rainer María Woelki, Arzobispo de Colonia, desea mantener en líneas generales esa doctrina. Pero incluso este purpurado flaqueó en cuanto a permanecer firme en la doctrina de que el estilo de vida de los empleados de la Iglesia se adecúe a las normas del catecismo. En todo caso, Die Tagespost destacó el buen entendimiento entre el Cardenal Arzobispo de Colonia y sus tres obispos auxiliares en los debates, sosteniendo posiciones conservadoras.
Al mejor estilo de ciertos régimenes policialescos, el Camino Sinodal anunció que los resultados de las votaciones se harían públicos, lo que ciertamente intimidó a más de un prelado de manifestar posiciones conservadoras, por temor a ser blanco de matoneo mediático. En cualquier caso, el prelado debe temer más a Dios que a los hombres, pues él no es un político sino un sucesor de los apóstoles escogidos por el Rey del Cielo y la Tierra para que difundieran su mensaje de salvación. Que es el mismo ayer, hoy y siempre.
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