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Un fragmento de papiro de la Biblioteca Estatal y Universitaria de Hamburgo fue identificado recientemente como la copia más antigua del relato evangélico de la infancia de Jesús.
Redacción (07/06/2024, Gaudium Press) Un fragmento de papiro de la Biblioteca Estatal y Universitaria de Hamburgo fue identificado recientemente como la copia más antigua del relato evangélico de la infancia de Jesús.
Los expertos en papirología, el Dr. Lajos Berkes del Instituto de Cristianismo y Antigüedad de la Universidad Humboldt (HU) de Berlín y el Prof. Gabriel Nocchi Macedo, de la Universidad de Lieja, lograron datar el fragmento entre los siglos IV y V, convirtiéndolo en la copia más antigua jamás encontrada.
El texto contenido en el fragmento narra un episodio de la infancia de Jesucristo contenido en el texto apócrifo del Evangelio de Tomás. Los textos apócrifos no fueron incluidos en la Biblia, pero fueron populares a lo largo de los siglos. Hasta el reciente anuncio, el fragmento más antiguo del Evangelio de Tomás databa del siglo XI.
Las pocas frases legibles del fragmento describen el comienzo del “avivamiento de los gorriones”, un episodio de la infancia de Jesús reconocido como el “segundo milagro” en el Evangelio apócrifo de Tomás. En este relato, Jesús, mientras juega junto a un arroyo, modela doce gorriones de barro y, al ser reprendido por José por realizar tal actividad el sábado, aplaude y da vida a las pequeñas figuras de barro.
El fragmento del manuscrito mide aproximadamente 11×5 cm y contiene un total de 13 líneas con alrededor de diez palabras por línea en letras griegas. Además de datarlo como la copia más antigua, los expertos obtuvieron nuevas evidencias sobre la transmisión de textos bíblicos:
“Por un lado, pudimos fecharlo entre los siglos IV y V, lo que lo convierte en la copia más antigua conocida. Por otro lado, nos ofrece nuevos conocimientos sobre la transmisión del texto”, afirmó Berkes. Entre los descubrimientos está la confirmación de que el Evangelio de Tomás fue escrito en griego. Además, la mala caligrafía del texto sugiere que se trató precisamente de un ejercicio de escritura en un monasterio o escuela de Egipto.
El texto pasó desapercibido durante décadas debido a su mala letra. Los investigadores creían que se trataba de un documento cotidiano cuyo contenido era insignificante. El papiro empezó a atraer la atención de los historiadores cuando se identificó la palabra “Jesús”. A partir de entonces comenzaron a descifrar y comparar el extracto del manuscrito con otros papiros que ya habían sido digitalizados, hasta que descubrieron el extracto del evangelio apócrifo. (FM)
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