La bendición viene antecedida de una procesión y una Misa celebrada en la capilla de la Salus Populi Romani, protectora de la ciudad.
Roma (08/05/2020 11:12, Gaudium Press) Pese al confinamiento al que aún está sometido Italia debido a la pandemia de coronavirus, sobre todo al cierre de los templos –que el 18 de mayo finalmente se abrirán al público– los fieles han podido tener cerca a Nuestro Señor.
Así ha sucedido en Roma, donde la Basílica papal de Santa María la Mayor –el Santuario mariano más antiguo de occidente–, desde su puerta ha estado ofreciendo diariamente la Bendición Eucarística a la ciudad y sus fieles.
La bendición viene antecedida cada día por una procesión Eucarística y una Misa que se transmite en vivo en la página en Facebook de la Basílica a las 11:00, hora en Roma, desde la capilla de la Salus Populi Romani, patrona y protectora de la Ciudad Eterna.
Jesús sacramentado: consuelo y medicina
Desde que la capital italiana entró en la fase 2 del desconfinamiento paulatino, más personas han podido recibir la bendición Eucarística de Santa María la Mayor, convirtiéndose en consuelo y medicina en este tiempo de pandemia.
“Vi que estaban disponibles las confesiones y tenía lugar la Adoración. Tras la Adoración, el sacerdote llevó en procesión el Santísimo Sacramento desde el interior de la iglesia hasta la plaza para bendecir la ciudad. Luego caminaron hacia la puerta de atrás para otra bendición”, indicó Mountain Butorac, un guía turístico, quien ofreció su testimonio a CNA.
Butorac relató que la presencia de Jesús le llenó de gran emoción:
“Esta fue una de mis primeras experiencias en la iglesia tras casi dos meses, llenó mis ojos de lágrimas y esperanza a mi corazón”.
Compañía de María
La Virgen María, en su advocación de Salus Populi Romani, ha estado cerca de los fieles de Roma durante la pandemia, brindando su constante compañía.
Lo hizo con la peregrinación que realizó el Papa hasta la Basílica papal en medio de una ciudad vacía y confinada; también con la presencia del icono mariano en la Bendición Urbi et Orbi extraordinaria que impartió el Pontífice desde la Plaza de San Pedro, y lo hace cada día a través de la Bendición Eucarística de Santa María la Mayor.
Esta imagen, que se cree fue pintada por San Lucas, desde siempre ha sido protectora de Roma en tiempos de dificultad, preservándola de las guerras, el hambre y las pestes.
Un hecho recordado en este sentido, ocurrió en el 593 cuando el Papa Gregorio I sacó el ícono en procesión para que cesara la peste que asolaba por entonces a Roma, y la enfermedad dejó de propagarse.
Del mismo modo, en 1837, el Papa Gregorio XVI oró ante la Virgen para poner fin a la epidemia del cólera que afectaba por entonces a Italia. Lo ha hecho igualmente el Papa Francisco, esperamos que pronto Nuestra Señora escuche sus plegarias.
Con información de ACN y Aleteia.
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