Los obispos de los EE.UU. ponen fin a su histórica cooperación con el gobierno en ayuda a refugiados, en medio de recortes y tensiones políticas.
Foto: ugcc.ua
Redacción (10/04/2025 10:15, Gaudium Press) En comunicado emitido el lunes 7 de abril de 2025, la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (USCCB, sigla en inglés) anunció su decisión de no renovar los acuerdos de cooperación con el gobierno federal relacionados con los servicios para la infancia y el apoyo a refugiados. La medida, calificada para algunos como un “desgarrador anuncio”, responde a la suspensión de los programas de reasentamiento de refugiados impulsada por el gobierno, lo cual ha llevado a los obispos a “reconsiderar la mejor manera de servir a nuestros hermanos y hermanas que buscan un refugio seguro de la violencia y la persecución”.
Una decisión que no se tomó a la ligera
El arzobispo Timothy Broglio, presidente de la USCCB y quien también está al frente de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de Estados Unidos [ordinariato castrense], explicó que esta decisión no fue tomada a la ligera. “A lo largo de los años, la colaboración con el gobierno federal ha contribuido a ampliar los programas de salvamento, de los que se han beneficiado nuestros hermanos y hermanas de muchas partes del mundo”, afirmó, recordando que la USCCB ha participado en el reasentamiento de refugiados desde los inicios del Consejo Nacional de la Guerra, hace más de un siglo.
Broglio mencionó que todos los participantes en los programas eran debidamente revisados y aprobados por el gobierno estadounidense antes de su llegada al país. “Nuestros esfuerzos fueron actos de cuidado pastoral y caridad, apoyados generosamente por el pueblo de Dios cuando los fondos recibidos del gobierno no cubrían el coste total”, añadió.
La Iglesia busca alternativas
El cese de los acuerdos implica que la Iglesia no podrá sostener este esfuerzo “en los niveles actuales o en la forma actual”. El arzobispo aseguró que la USCCB buscará “medios alternativos de apoyo” para quienes ya fueron admitidos en los programas de reasentamiento y pidió oraciones por “el mucho personal y refugiados afectados” por esta decisión tan deshumanizante.
Broglio también lamentó que “la decisión del gobierno de Trump de reducir drásticamente estos programas nos obliga a reconsiderar la mejor manera de atender las necesidades de nuestros hermanos y hermanas que buscan refugio seguro de la violencia y la persecución”. Aunque cabe resaltar que, más allá de disputas sobre financiación, la suspensión de nuevas llegadas de refugiados por parte de dicha administración ha sido un punto central en el deterioro de la colaboración entre la Iglesia y el Estado.
La USCCB era una de las diez agencias nacionales —la mayoría de ellas religiosas— que tenían contratos con el gobierno federal para reasentar a refugiados legalmente admitidos. En las últimas décadas, las agencias católicas bajo supervisión episcopal habían recibido subvenciones gubernamentales para este propósito, aunque estas no cubrían la totalidad de los gastos y debían ser complementadas con donaciones caritativas.
Pese a críticas la Iglesia reafirma su compromiso con los más vulnerables
El anuncio episcopal no detalló qué programas de servicios para menores serán afectados, ni si habrá despidos en las organizaciones involucradas.
Además de los retos organizativos y económicos, los obispos han enfrentado críticas desde el ámbito político. En enero, el vicepresidente JD Vance, acusó a la Conferencia Episcopal de promover el reasentamiento de inmigrantes en situación irregular para obtener fondos federales, una declaración refutada por la USCCB, al aclarar que el programa involucra exclusivamente a refugiados legalmente aprobados. Los obispos reiteraron que no se obtiene ganancia del programa, sino que su funcionamiento depende de la generosidad del pueblo católico.
Pese al doloroso fin de esta colaboración con el gobierno, Monseñor Broglio hizo un llamado a no perder la fe, y mantener la esperanza: “Si bien esto marca un doloroso final a una asociación con nuestro gobierno que sostiene la vida… ofrece a todos los católicos la oportunidad de buscar en nuestros corazones nuevas formas de ayudar”. El prelado reafirmó el compromiso con la defensa de las víctimas de “la lacra del tráfico de seres humanos”.
Con información de Vatican News y Los Ángeles Times
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