El 24 de marzo, Lublin conmemoró a los polacos que arriesgaron sus vidas para salvar a los judíos, destacando la valentía de la familia Ulma, asesinada por los nazis en 1944..
Familia Ulma – Foto: Wikipedia
Redacción (25/03/2025, Gaudium Press) El 24 de marzo en Lublin —la novena ciudad más grande de Polonia— se conmemoró el Día Nacional del Recuerdo, en honra de los polacos que arriesgaron sus vidas para salvar a los judíos durante la ocupación nazi. Esta fecha tiene un gran significado histórico, ya que también rememora la masacre de la familia Ulma, quienes fueron asesinados por los nazis en 1944 por esconder a un grupo de judíos. El evento también marcó la beatificación de esta valiente familia el 10 de septiembre de 2023. La conferencia organizada por el Centro Heschel de la Universidad Católica de Lublin, reunió a más de dos mil personas, incluidas monjas que ayudaron a judíos durante la ocupación nazi.
La tragedia de la familia Ulma
Jozef Ulma era granjero y aficionado a la fotografía. Vivía en el pequeño pueblo de Markowa, al sureste de Polonia, junto a su esposa Wiktoria, una sencilla ama de casa, y sus seis hijos. Era además bibliotecario y miembro de la asociación de la juventud católica. Con los demás habitantes de la localidad, los Ulma presenciaron la ejecución de los judíos locales durante el verano de 1942. Estos fueron sacados de sus hogares, fusilados y enterrados en un antiguo cementerio para animales. Algunos lograron escapar y se ocultaron en los alrededores.
En el otoño de 1942, mientras continuaba la persecución de judíos por parte de las autoridades alemanas y colaboracionistas polacos, una familia judía de Lancut, los Szall, llegó a Markowa en busca de asilo. Jozef y Wiktoria decidieron acogerlos, junto con dos hermanas, Golda y Layka Goldman.
A pesar de que la casa de los Ulma se encontraba en las afueras del pueblo, la presencia de los judíos fue descubierta rápidamente. No se sabe con certeza quién los delató, pero existen informes que señalan a un policía de Lancut, llamado Wloszimierz Les, quien había recibido las pertenencias de los Szall y luego los habría traicionado para quedarse con ellas.
En la noche del 23 al 24 de marzo de 1944, la policía alemana llegó a Markowa desde Lancut. Encontraron a los judíos escondidos en la granja y los fusilaron. Pero también ejecutaron a todos los miembros de la familia Ulma: Jozef, Wiktoria —quien estaba embarazada de siete meses— y sus seis hijos: Stanislawa, Barbara, Wladyslawa, Franciszka, Maria y Antoni, cinco niñas y un niño. El más pequeño de ellos acababa de comenzar la escuela primaria.
Yehuda Erlich, que por entonces estaba escondido en Sietesz, a unos pocos kilómetros de Markowa, describió el enorme impacto del asesinato de la familia Ulma: “Los alemanes y los mismos campesinos polacos realizaban redadas para localizar a los judíos ocultos. En la primavera de 1944 fue descubierta una familia judía escondida por granjeros polacos. Estas –ocho almas, incluida la esposa embarazada— fue ejecutada junto con los refugiados. Como resultado se provocó un gran pánico en el seno de los campesinos que estaban ocultando judíos. A la mañana siguiente fueron descubiertos 24 cadáveres de judíos en los campos. Fueron asesinados por los campesinos mismos, que les habían dado refugio durante 20 meses.”
La valentía de los Justos: el legado de la familia Ulma
En el marco del Día Nacional de la Memoria de los polacos que salvaron a judíos durante la ocupación alemana, el rector de la Universidad Católica de Lublin, P. Mirosław Kalinowski, destacó la valentía de aquellos que, “por su cuenta y riesgo ayudaron a los judíos perseguidos”, sin olvidar el sacrificio de la familia Ulma:
“Demostraron gran valor y determinación porque sabían que tanto ellos como sus seres queridos corrían peligro de muerte”, señaló el rector.
El testimonio de la familia Ulma, poco conocido fuera de Polonia hasta hace poco, conmovió especialmente a Italia. En el marco de la celebración, Manuela Tulli, vaticanista de Ansa, recordó cómo la historia de la familia Ulma sorprendió a todo el país tras su beatificación: “En el extranjero se habla muy poco de los polacos que salvaron a los judíos. El padre Paweł y yo llevamos esta historia a Italia. Ahora es increíblemente famosa. Conmocionamos a todo el país”.
Por otro lado, Monika Kupczewska, presidenta de la Comisión Histórica de la Conferencia de Superioras Mayores de Congregaciones Religiosas Femeninas de Polonia, recordó que más de dos mil monjas participaron activamente en el rescate de judíos durante la guerra. “Hoy sabemos que 2.345 monjas participaron en la ayuda a la población judía”, comentó, aunque destacó que muchas de ellas, como la hermana Marta Wołowska, siguen siendo poco conocidas.
Los Ulma fueron reconocidos póstumamente por Israel como “Justos entre las Naciones” en 1995, aunque en su comunidad natal de Markowa, no fueron vistos como héroes durante muchos años, sino como víctimas trágicas. La masacre de la familia Ulma, tan desgarradora, dejó una huella imborrable en la memoria de Polonia y sigue siendo un símbolo de coraje y sacrificio.
El recuerdo de aquellos que ayudaron a los judíos durante la ocupación nazi, como las hermanas y sacerdotes que también arriesgaron sus vidas, sigue vivo a través de eventos como este. La Universidad Católica de Lublin y el Centro Heschel mantienen viva la memoria de estos “héroes ocultos”.
Con información de Vatican News y yadvashem.org
Deje su Comentario