Tomislav Cunovic, se refirió al proyecto de ley que castiga bajo penas de 3 meses a un año de prisión a quienes “promuevan o participen en concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir embarazos”.
Redacción (11/11/2021 12:35, Gaudium Press) En conversación con Aciprensa, el director internacional de 40 días por la Vida, Tomislav Cunovic, se refirió al proyecto de ley que cursa en España, el cual prohíbe bajo penas de 3 meses a un año de prisión, a quienes “promuevan o participen en concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir embarazos”, justamente una de las principales actividades de que realiza su entidad.
En el parecer de Tomislav Cunovic, ese proyecto es una “amenaza para la democracia”. Se niega “un derecho fundamental que la gente pueda salir a la calle, reunirse y expresar su opinión”.
“Esta nueva ley criminaliza a la gente provida que se reúnen y que rezan de una manera pacífica frente a las clínicas de aborto”. No es solo una “intervención en estos derechos y libertades fundamentales que están garantizadas por la Constitución de España”, sino también en “convenciones internacionales, como la Convención europea de los derechos humanos”, aseguró.
Amplio espacio para la criminalización
En ese proyecto “no está claro qué está prohibido, da un espacio muy grande a la policía para criminalizar a la gente”. Se pretende “amenazar a la gente con una guerra psicológica” porque “ya no es necesario que se haga una cosa objetivamente mala para ser castigado, sino que se entra en un nivel subjetivo en el que es suficiente que una persona se pueda sentir ofendida para que se le castigue al otro”.
Puede ser el preludio de una persecución al estilo de delito de opinión, pero ya ni siquiera por lo que se opine sino por la forma como otro interprete un gesto: “Se empieza a abrir el espacio de que ‘me siento mal porque me miras mal y puedes acabar en la cárcel por eso’ ”.
“La gente que está rezando en la calle, no tocan ni hablan con las mujeres. Simplemente están callados rezando, pero esta ley dice que las mujeres se pueden sentir mal por su presencia. Por lo que se entra en un espacio subjetivo y conflictivo, porque se trabaja con una ficción de que tu mirada puede hacerme sentir mal. Es un crimen de pensamiento, es peligroso jugar a ese juego de pensar qué tienes en la cabeza y juzgarte por ello”, dijo Cunovic.
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