La Archidiócesis de Madrid presentó su balance de ingresos y egresos de 2019. Interesantes cosas se pueden concluir.
Redacción (05/11/2020 09:31, Gaudium Press) El balance de ingresos y egresos de la Arquidiócesis de Madrid, al lado de los fríos números, nos ratifican en la realidad de que son los fieles los que sostienen la Iglesia allá, y no el Estado. (El Estado termina siendo también una entelequia aquí para designar el dinero que los fieles destinan a la Iglesia vía asignación tributaria.
Miremos como desglosa el balance la agencia Ecclesia.
La archidiócesis de Madrid ha explicado que más de la mitad de sus ingresos en el año 2019, el 50,85%, procedieron de las aportaciones voluntarias de los fieles. Se trata de 48,4 millones de más de 95 millones, repartidos de la siguiente manera: donativos y limosnas (casi 14 millones), colectas (12 millones), suscripciones (más de 11,5 millones), Cáritas parroquiales (5 millones), colectas para instituciones de la Iglesia (4 millones) y herencias y legados (1,5 millones).
En cuanto al resto de los ingresos, el 19,65 % se derivaron del Fondo Común Interdiocesano, al que se destina la asignación tributaria (18,7 millones); el 17,25 % fueron ingresos por ventas y servicios, subvenciones y dotaciones públicas e ingresos de instituciones diocesanas (casi 16,5 millones), y a ellos siguieron los ingresos extraordinarios (6 millones) e ingresos de patrimonio y otras actividades (5,6 millones).
Gastos
Las acciones pastorales y asistenciales supusieron el grueso de los gastos en 2019, en concreto el 46,2 %, con un montante de 44 millones de euros. El 30,66 % fue destinado a retribuciones de sacerdotes, religiosas y seglares y Seguridad Social, lo que supuso algo más de 29 millones, y un 14,31 % (13,6 millones) fue destinado a inversiones y gastos extraordinarios. El resto se dedicó a reparaciones y conservación de parroquias y otros edificios (7,78 % – 7,4 millones) y al pago de intereses y préstamos (1 millón).
Analizando
Rápidamente se concluye que lo que son los ingresos de ‘no aportaciones voluntarias de los fieles’, lo siguen siendo en buena medida. Ya hablamos de la asignación tributaria, que es una decisión voluntaria del que paga impuestos. Pero también lo es las ‘ventas y servicios’ que el fiel busca en la Iglesia.
Es decir, lo que llamaríamos las rentas propias de la Iglesia en Madrid representan una pequeña cantidad comparada con el resto.
Por ello, y más en estos tiempos de escasas entradas por pandemia, el apostolado con los fieles termina siendo lo más importante, al lado de campañas especiales de recaudación de fondos.
Un fiel que sigue convencido de su pertenencia a la Iglesia y de la importancia de la labor de la Iglesia en su vida, será más propicio a ‘meterse la mano al bolsillo’, algo no fácil cuando los números están a la baja.
Es claro que la principal asistencia de la Iglesia a quienes peregrinamos por este valle de lágrimas son los sacramentos, y por ello la Iglesia se debe empeñar en que animadversiones anticlericales no se escondan bajo el ropaje de la evitación de contagio.
Pero también es cierto que lockdown no es sinónimo de ‘vacaciones’, que ya las hemos tenido, y mucha gente está esperando la palabra de aliento que viene del cielo, en estos momentos de dificultad. Por lo demás, el mal no vacaciona. (SCM)
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