viernes, 26 de diciembre de 2025
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“El Conde Chanteleine”: la obra olvidada de Verne que honra a los mártires de La Vendée

En 1864, Julio Verne escribió una apasionante novela sobre la resistencia católica de La Vendée, una obra silenciada durante un siglo.

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Redacción (26/12/2025 12:22, Gaudium Press) La epopeya católica de La Vendée fue uno de los capítulos más heroicos y trágicos de la historia de Francia.

Entre 1793 y 1796, miles de campesinos, nobles y sacerdotes del oeste francés se levantaron contra la Revolución para defender el altar y el trono. Aquella insurrección, nacida de la fidelidad al Papa y al Rey, fue sofocada con una brutal represión que muchos historiadores reconocen hoy como el primer genocidio moderno. Su grito fue claro: “¡Por Dios y por el Rey!”, y su sangre, semilla de fe y resistencia frente al ateísmo revolucionario.

Verne, el autor

Pocos saben que el célebre autor de Viaje al centro de la Tierra o La vuelta al mundo en 80 días también escribió una apasionante historia inspirada en una de las gestas más heroicas y olvidadas del catolicismo francés: la epopeya de La Vendée. Se trata de El conde de Chanteleine, una novela de 1864 en la que Julio Verne ensalza la resistencia de los campesinos católicos y monárquicos que se alzaron contra la Revolución Francesa.

Nacido en Nantes, Francia, en 1828 y fallecido en  Amiens, Francia, en 1905, Julio  Verne —, se ha convertido en el escritor que más títulos logró insertar en la cultura popular. Sus obras han sido lectura obligada —pero así mismo placentera— durante generaciones, y casi todas han conocido versiones cinematográficas inolvidables. Desde Cinco semanas en globo (1863) hasta Veinte mil leguas de viaje submarino (1869) o La vuelta al mundo en 80 días (1873), el universo verniano ha fascinado a millones con su mezcla de ciencia, aventura y humanidad.

Sin embargo, entre esa galería de títulos célebres hay uno que casi nunca se menciona: El conde de Chanteleine. Verne la escribió en 1864, el mismo año en que firmó su segundo contrato con su legendario editor Pierre-Jules Hetzel. Fue publicada en tres entregas, de octubre a diciembre, en la revista Musée des Familles. Lectures du soir, una publicación cultural de gran prestigio que contaba entre sus colaboradores a escritores como Balzac, Dumas, Gautier o Víctor Hugo.

Una defensa del catolicismo perseguido

Lo sorprendente de esta novela es su temática.

En plena Francia de Napoleón III, El conde de Chanteleine aparece como una verdadera apología del levantamiento católico y monárquico de La Vendée contra la Revolución Francesa. La epopeya de La Vendée, aquella insurrección popular que fue reprimida con una crueldad que hoy muchos historiadores reconocen como el primer genocidio moderno. Verne, bretón, se atrevió a rendir homenaje a los mártires de su tierra en una época en que el discurso oficial ensalzaba sin matices los ideales revolucionarios.

Los protagonistas de la obra, el conde Humbert de Chanteleine y su capellán, el padre Fermont, lideran un grupo de campesinos que combaten al Comité de Salud Pública, que en determinado momento fue el órgano de gobierno en Francia, en una de las fases en que la Revolución Francesa mostró su lado de terror. El personaje principal está inspirado en Pierre-Suzanne Lucas de La Championnière, lugarteniente del célebre caudillo vandeano François Athanase Charette de La Contrie, fusilado en Nantes en 1796. Verne conoció a los hijos de La Championnière y escuchó de primera mano sus relatos de la guerra.

Francois Athanase de Charette de La Contrie

“¡He visto de cerca a esos ministros del cielo! —escribe Verne en boca del conde—. ¡Les he visto bendecir y absolver a un ejército entero arrodillado antes de la batalla! Les he visto celebrar misa sobre un cerro aislado con una cruz de madera, vasos de cerámica y ornamentos de tela. Les he visto luego lanzarse al fragor del combate con el crucifijo en la mano y socorrer, consolar y absolver a los heridos incluso bajo el fuego de los cañones republicanos. Y me han parecido más envidiables que en otros tiempos con la pompa de las ceremonias religiosas”.

Estas líneas revelan el respeto del pueblo por el clero fiel a Roma, aquellos sacerdotes refractarios que se negaron a jurar la Constitución Civil del Clero y que fueron perseguidos por mantenerse fieles al Papa. “El pueblo católico aborrecía a aquellos sacerdotes juramentados que se habían sometido a los poderes revolucionarios, pero sostuvo y protegió, hasta morir por ellos, a los sacerdotes refractarios fieles a la Fe y al Papa”, escribe el novelista.

Raíces bretonas

A lo largo de su vida, Verne no se mostró como un escritor abiertamente político. Su obra se caracteriza más bien por un optimismo científico y un espíritu universalista. Sin embargo, El conde de Chanteleine refleja su identidad, la de un bretón orgulloso de su tradición cristiana. “Siendo bretón, soy, por razón, por razonamiento, por tradición familiar, cristiano y católico. Nada en mis obras puede hacer suponer lo contrario”, dijo.

Esa afirmación contrasta con la opinión de Louis Veuillot, apologista católico contemporáneo suyo, quien lamentaba que en la mayoría de sus libros predominara “una religión sin ritos, sin dogma, más teísta que cristiana y más cristiana que católica”. Sin embargo, en El Conde de Chanteleine no hay ambigüedad posible. Verne se alinea abiertamente con los católicos perseguidos y muestra la fe como motor de heroísmo.

La novela narra escenas conmovedoras de fidelidad y martirio. Verne describe, por ejemplo, la ejecución del primer mártir de Bretaña, el obispo Alain Nedelec, en la ciudad de Quimper: “El clero de Bretaña contó en aquella ciudad su primer mártir en el venerable obispo de Conan de Saint-Luc. Desde aquel día, Quimper fue entregado a las iras y al capricho de la municipalidad republicana… Los republicanos de las ciudades importantes de la vieja Bretaña se distinguieron por sus exageraciones demagógicas”.

Una obra silenciada durante un siglo

El propio Verne intentó más tarde publicar la novela con su editor Hetzel, cuando ya gozaba de fama mundial. Sin embargo, Hetzel —republicano y de origen protestante— se negó rotundamente. Aquella negativa condenó al Conde de Chanteleine al olvido durante décadas. En Francia no se publicó íntegra hasta 1971, y sólo en 1994 se editó como volumen independiente.

En España, en cambio, se conocieron ediciones desde finales del siglo XIX, y algunas reimpresiones en los años cuarenta del siglo XX. Más recientemente, en 2019, fue reeditada por LibrosLibres, devolviendo a los lectores una de las joyas más desconocidas del autor de La isla misteriosa.

Redescubrir la epopeya de la fe

Gracias al trabajo de historiadores y autores como Reynald Secher, Philippe de Villiers o Alberto Bárcena, la verdad sobre la guerra de La Vendée ha comenzado a salir del silencio. En Francia, producciones como Vaincre ou mourir en el 2023, del parque histórico Puy du Fou, han devuelto protagonismo a figuras heroicas como Charette, interpretado por el actor Hugo Becker.

Todo ello está contribuyendo a revalorizar también la novela que, mucho antes que otros, quiso rendir homenaje a esos mártires y campesinos fieles a Dios. El conde de Chanteleine ees el testimonio de un escritor que, en pleno auge del racionalismo, se atrevió a escribir una epopeya católica sobre la fidelidad, el honor y la fe inquebrantable, en la que en sus páginas resuena la voz de un pueblo que luchó por el altar y por el trono, y el eco de un Julio Verne que, más allá de la ciencia y la fantasía, supo reconocer la grandeza espiritual de quienes prefirieron morir antes que renegar de su Fe.

Con información de Religión en Libertad

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