viernes, 21 de febrero de 2025
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El ‘jeitinho’ (III) y los dones de América Latina brillarán con el barniz que también mata los gusanos

“La heladería, además de tener vidrieras amplias, que ya van ostentado los colores cremosos que anticipan los sabores, algunos con exóticos nombres…”

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Foto: Alana Harris / Unplash

Redacción (16/02/2025 17:44, Gaudium Press) Tras haber hablado sobre la agilidad de espíritu intuitiva del latinoamericano, su preferencia de relacionamiento por vía de ‘efluvios temperamentales’, su capacidad de admiración e interiorización de cualidades ajenas, ahora abordaremos aspectos más relacionados con la gracia.

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Pero primero dos desdoblamientos, de lo dicho anteriormente.

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Es preciso un esfuerzo de estructuración interior con base en la fe, para no ser títere de sentimientos

La alta afectividad latina, sus vivas emociones, y el que el latino privilegie el conocimiento del estado temperamental del otro a la hora de entrar en relación, conlleva el peligro de hacerlo títere de sentimientos y emociones, cuando la verdad es que las emociones del hombre deben estar reguladas por la recta razón y la fe.

Quien manda es Dios, también debo escuchar lo que me dice la buena razón, y esta —iluminada por la fe— debe imperar, aunque me sienta contento o triste, iracundo o sosegado, con energía o sin ella: A diferencia de los mensajes transmitidos por Hollywood, no se hace solo “lo divertido” (es decir, lo que me produce sensaciones placenteras) sino que se debe cumplir el deber; los sentimientos pueden parecernos leones incontrolables, pero hasta los leones más fieros pueden ser convertidos en pintorescos gatitos con el látigo de la gracia y la banca de domador del esfuerzo; el hombre muchas veces debe actuar aunque no ‘sienta’ y muchas veces debe anular la inclinación hacia lo que ‘siente’.

No es que se quiera desconocer la vida emocional, es simplemente ponerla en su debido lugar:

Van caminando por la calle Juan con sus tres niños, Nicolás de 11 años con sus pequeñas gafas de carey lustroso, Marta de 10 y trenzas y rizos dorados y Sofía de 7 con su falda blanca salpicada de corazoncitos rojos y largas medias crema. Pasan delante de una heladería, a las 11 am, cuando ya comienza a insinuarse el hambre del almuerzo, en un día de bello sol aún no canicular. La heladería, además de tener vidrieras amplias, que ya van ostentado los colores cremosos que anticipan los sabores, algunos con exóticos nombres, está decorada por fuera y por dentro, como si fuera una casita de mazapán, con llamativos tonos pastel, que van desde el azul suave aguamarina, el rosa aterciopelado, hasta el verde pistacho. Es una heladería hecha para cautivar críos.

Pues es normal que Nicolás, Marta y Sofía, empiecen a saltar, a tirar del pantalón de su padre, y a exigirle con mimos, imprecaciones y hasta llanto, que les compre sendos helados.

Hollywood dirá en ese momento que hay que vivir la vida funny, y que a estos encantos de niños se les debe atender el deseo sin ningún freno.

Sin embargo, la razón iluminada por la fe, le dice a Juan que Nicolás respondió agresivamente a su madre esta mañana, cuando ella le pidió que llevara los platos del desayuno al fregadero. Y por ello Nicolás deberá estar penitenciado de helado, no así Marta y Sofía. Nicolás se quejará, llorará, hasta dibujará una pataleta; a Juan se le arrugará el corazón, pero cumplirá con su deber. Nicolás llorará por unos momentos, pero al final su papá le dejará dar una leve lambiscada a uno de los lados del helado de Sofía. Punto…

Esto, por una parte.

Capacidad de adquirir universales, y de ahí tener un mejor conocimiento de Dios

Por otra, esa capacidad del latino de observar lo ajeno y de admirarlo, de sentir alegría en la consideración de las diferencias que encuentra en los otros, le favorece una visión universal, y con esto un mayor acercamiento al Creador.

Dios se manifiesta en el Universo, forzosamente la creación de Dios lleva el sello de Dios-Creador. Entretanto, Dios se manifiesta más en lo más perfecto, y aún más en los conjuntos. Incluso más que en la propia Virgen María—la mera creatura excelsa como ninguna—, Dios se manifiesta más en el conjunto del universo que tiene a la Virgen como su joya perfecta creada y su pináculo. Dios se manifiesta en la vocación gigante y en los dones que dio a un pueblo llamado Francia, dones que harto desarrolló. Pero Dios se manifiesta más en el conjunto de las vocaciones nacionales, donde está la vocación de Francia, pero también España, Brasil, etc.

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Foto: J Yeo / Unplash

Dios se manifiesta más en los conjuntos, y aquel que tiene la capacidad y la disposición de contemplarse no solo a sí mismo sino también lo ajeno, de contemplar no solo los seres individuales sino los conjuntos, de inclusive saber que el pasado, el presente y el futuro son parte de un mismo conjunto, pues tiene la posibilidad de mejor conocer a Dios en el Orden Creado. El latino tiene particularmente esa facilidad, lo que no significa que siempre la desarrolle.

Todos los dones, regalos de Dios y frutos de la gracia

Pero al final, todos los dones de los pueblos en el orden natural, son regalos de Dios, y están llamado a ser desarrollados, acrecentados y a resaltar con el lustre de la gracia de Dios, con el barniz de lo sobrenatural.

“Se llega a lo más característico de su patria cuando se es enteramente católico, pues es propio a nuestra Religión el dar brillo a los caracteres nacionales, haciendo el papel de barniz en relación con la madera —decía un día el Dr. Plinio. (…) no se podría elogiar ese parquet sin enaltecer el barniz que lo recubre, porque la madera como que solo realiza su propia fisonomía después de ser cubierta de barniz. Barnizada queda diferente, como también el barniz cuando está en su recipiente. Nadie, al conocer solo la madera o solo el barniz, podría imaginar que la junción de ambos quedase tan bonita. Pues bien, esto es lo que la Religión Católica hace con las varias naciones. Ella —cuyo foco de irradiación es la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana—, es hecha para ser vivida entre los hombres, los cuales, por su naturaleza constituyen las naciones. Así, el ‘líquido’ sagrado de la Iglesia pasado sobre el ‘alma’ de cada nación, produce el efecto del barniz en la madera; resalta todas sus características y toda su belleza”. (1)

Además, si bien es cierto que los hombres y las naciones llevan en sí el llamado y la potencialidad para brillar como estrellas, también cargan en su interior los huevos de bichos que los pueden consumir, los huevos del pecado original.

Vocaciones como la de Grecia y Roma son de una elevación que da vértigo, porque eran algo a la manera de la semilla potente de Dios para sentar las bases naturales de cualquier sociedad, desde la Teodicea, la Filosofía y la Ciencia con todas sus ramas y derivaciones, las Artes con sus diferentes géneros, el Derecho, la Organización, etc. Pero en cierto momento los huevos de sus parásitos internos no fueron secados por la gracia divina, de esos huevos salieron gusanos y serpientes, los gusanos carcomieron, las serpientes se enroscaron y consumieron a esas civilizaciones. Porque no hay planta en esta tierra que tenga tanta savia vital que no necesite ser nutrida, regada y desparasitada por los minerales y el rocío de la gracia de Dios. Así también América Latina. América Latina dará lo que tiene que dar, que promete ser gigante, con la práctica consciente y seria de la fe católica.

Pero ahí, se alcanzará esa civilización que un día doña Lucilia Corrêa de Oliveira esbozó a su hijo Plinio, con la simplicidad del lenguaje afectivo de una digna ama de casa pero del que se evapora el dulce aroma de la sabiduría infinita de Dios:

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Doña Lucilia Corrêa de Oliveira

“Vivir es estar juntos, mirarse y quererse bien”.

Vivir es saberse haciendo parte de un gigante barco, donde hay muchos conmigo, buscando cumplir su vocación divina. En la contemplación desinteresada y admirativa de estos semejantes deberemos aprender a deleitarnos con las maravillas puestas en ellos por Dios; y bajo la acción de la gracia divina y viendo a Dios en los otros, no solo admiraremos sino amaremos, a los otros en función de Dios. En una sociedad impregnada por doquier por la gracia proveniente de la fe, gracia que irá lustrando hasta el resplandor las cualidades naturales, sirviendo al tiempo de inmunizante contra los bichos.

Eso sería vivir. Eso es vivir.

Por Saúl Castiblanco

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(1) Plinio Corrêa de Oliveira. Permuta de influencias pasadas rumbo a un futuro de síntesis. Brasil y su vocación a la santidad. Revista Dr. Plinio. Febrero de 2025.

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