sábado, 23 de noviembre de 2024
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El Origen de la Escritura – Parte III El Nacimiento del Alfabeto: El Alfabeto Fenicio

Los fenicios utilizaron la escritura jeroglífica, similar a la de los egipcios, y más tarde adoptaron la escritura cuneiforme. Pero, en la segunda mitad del segundo milenio antes de Cristo, crearon su propio sistema de escritura alfabético, del que surgirían todos los alfabetos actuales.

alfabeto fenicio

Redacción (21/12/2022 17:18, Gaudium Press) [1] En la antigüedad, era común que la escritura se destinara a fines restringidos, muchas veces de carácter religioso, siendo un sistema reservado a una pequeña porción de la sociedad. Su forma primitiva, la ideográfica, hacía aún más difícil y restringido su uso y aprendizaje.

Pues bien, la escritura no habría alcanzado su gran desarrollo si no fuera por el mérito de un célebre pueblo de raza semítica.

Surge un nuevo tipo de escritura

Antes del año 2000 a. C., los fenicios se asentaron en la costa cananeo-fenicia del mar Mediterráneo, correspondiente al actual Líbano, lo que les permitió despuntar rápidamente en el comercio marítimo, alcanzando una notable supremacía naval. Este pueblo tuvo colonias en Cerdeña, Sicilia y muchas otras en el norte de África, como la ciudad de Cartago; pero se destacaría sobre todo por revolucionar la historia de la escritura.

“Después de haber utilizado durante algún tiempo una escritura jeroglífica, similar a la de los egipcios, y después de la escritura cuneiforme, apareció entre los fenicios, en la segunda mitad del segundo milenio antes de Cristo. C., un nuevo tipo de escritura: la escritura alfabética, que ya no tenía contenidos de significado en caracteres iconográficos o sílabas, sino que procuraba asignar un signo escrito a cada sonido de la lengua hablada” [2].

Este paso fue decisivo para que la escritura se universalizara, pues ya no era necesario conocer una abundante cantidad de ideogramas para saber escribir, sino solo una pequeña cantidad de signos.

Los primeros textos en alfabeto fenicio arcaico estaban compuestos por un sistema que registraba 23 signos lineales que se deletreaban sólo con consonantes, de derecha a izquierda, y que posibilitaban la formación fonética de todas las palabras contenidas en la lengua. Su sencillez, sumada a algunas circunstancias históricas, hizo que la escritura fenicia se extendiera rápidamente.

Los fenicios, grandes mercaderes, pronto se dieron cuenta del inmenso beneficio que les reportaba la escritura en los trámites comerciales. A partir de entonces, tendrían la oportunidad y facilidad de registrar sus transacciones, tales como la entrada y salida de mercancías. Y fue a partir de la necesidad de anotar las transacciones económicas que difundieron su alfabeto, primero en Oriente Medio y Asia Menor, pero también entre árabes, griegos, etruscos, extendiéndose hasta la Península Ibérica.

Las inscripciones fenicias de Chipre (siglos XI-II a. C.) y los escritos púnicos de Cartago (siglos IX a 142 a. C.) nos han transmitido la forma de este alfabeto, así como el sarcófago de Tabnit de Sidón (siglos VI-V a. C.) y las inscripciones de Karatepe (anteriores al 711 a. C.).

Del alfabeto fenicio al hebraico…

Sabemos que el alfabeto fenicio originó todos los alfabetos actuales. Entre los primeros pueblos que lo adoptaron está el pueblo hebreo, raza escogida por Dios para ser receptáculo de la Revelación, y que utilizaría su propio alfabeto -derivado del fenicio- para componer gran parte del Antiguo Testamento bíblico.

Los hebreos adoptaron el alfabeto fenicio entre los siglos XII y XI a.C., y pronto hicieron sus adaptaciones, constituyendo lo que se conoció como el paleohebraico. Los samaritanos todavía conservan su Biblia, que tiene solo el Pentateuco, es decir, los primeros cinco libros de las Sagradas Escrituras, en esta escritura.

El hebreo de los textos bíblicos tal como lo conocemos hoy es una evolución del protoalfabeto. Entre las similitudes que encontramos entre ambos es que se escriben de derecha a izquierda; comienzan con las mismas letras aleph, beth, gimel, daleth…; y ambos no estaban vocalizados, estando formados únicamente de consonantes.

En este idioma, cada palabra se compone, en su raíz, de solo tres consonantes. Ahora bien, esto permitía que existieran ambigüedades a la hora de comprender un texto, ya que las vocales no estaban contenidas en él. Podemos ejemplificar con un caso real: en Isaías 9, 7, se lee: “El Señor pronuncia una “dbr” contra Jacob”. Estas tres consonantes (דבר) se pueden leer de dos formas, como dabar, “palabra”, o como deber, “muerte”…

Actualmente, en las diferentes traducciones se considera la primera forma, aunque la Biblia griega de los LXX había traducido la palabra hebrea como “muerte” (θάνατος).

Solo en el S. VII d. C es que se encontró una solución a este problema: unos judíos, conocidos como masoretas, inventaron un sistema de vocalización del hebraico, aplicando unos signos debajo o encima de las consonantes.

y también al griego

Otro gran y muy importante alfabeto formado a partir del fenicio fue el alfabeto griego. A diferencia del hebreo, el idioma original de casi todo el Antiguo Testamento, el griego fue el idioma del Nuevo Testamento bíblico.

El alfabeto fenicio penetró en Grecia probablemente alrededor del siglo. IX a. C. atravesó las islas de Thera, Medes y Creta, y fue llamado durante mucho tiempo “Phoinikia Grammata” (caracteres fenicios).

“Sobre el hecho de la apropiación del alfabeto fenicio por parte de los griegos, no puede haber duda. La extrema similitud entre los signos habla por sí sola, al menos desde la forma fenicia hasta la griega arcaica; más tarde, las formas cambiaron gradualmente. Los nombres de las letras también lo atestiguan: Fenicio: aleph, beth, gimel, daleth… Griego: alpha, beta, gamma, delta… (de ahí la palabra ‘alfabeto’)”.[3]

Al principio, la escritura griega, como la fenicia, se escribía solo con consonantes, de derecha a izquierda. Según sus necesidades, lo adaptaban a su lengua, añadiendo vocales y utilizando un sistema conocido como bustrofédon -nombre derivado de la acción del buey arando la tierra- en el que cada línea se escribía en sentido contrario a la que estaba detrás: una línea se escribía de derecha a izquierda, la siguiente de izquierda a derecha, y así sucesivamente.

“El arte de escribir se extendió por todo el territorio ocupado por los griegos, llegando incluso al propio pueblo, aunque no existían escuelas públicas, solo instrucción privada, que privilegiaba únicamente a los hijos de padres nobles o acaudalados. Aun así, se encuentran inscripciones griegas en una de las figuras colosales de Abu Simbel, en el alto Nilo, que datan del año 600 a. C.; están escritos por mercenarios griegos, que estaban al servicio del rey egipcio en ese momento, y demuestran que estos simples soldados sabían escribir, aunque fuera mal”. [4]

Así, la invención de la escritura alfabética abrió una puerta para que los hombres desarrollaran este arte fundamental.

Por Juan Pedro Serafín

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[1] Para consultar os artigos anteriores, acesse:

https://es.gaudiumpress.org/content/el-origen-de-la-escritura-parte-i-la-escritura-cuneiforme/

https://es.gaudiumpress.org/content/el-origen-de-la-escritura-parte-ii-los-jeroglificos-egipcios/

[2] STORIG, Hans Joachim. A aventura das línguas. Trad. Cloria Paschoal de Camargo. São Paulo: Melhoramentos, 2003, p. 68.

[3] Cf. ibid.

[4] Ibid., p. 70.

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