En el Ángelus dominical Francisco se introdujo en la vida del ciego curado por el Señor.
Redacción (25/10/2021 09:30, Gaudium Press) En su meditación en el Ángelus dominical, el Papa comentó el evangelio que narra la curación del ciego Bartimeo, y resaltó que lo que movió la curación fue la viva fe de este hombre.
La escena se desarrolla en Jericó, ciudad famosa desde antiguo y aún más desde el tiempo de Josué.
Bartimeo escucha que se aproxima Jesús, y comienza a gritar: “Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí”. Y aunque muchos le pedían que se callara, él seguía gritando.
Los gritos, fueron escuchados por el Señor quien ordenó que lo llevaran a su presencia, y después de un corto diálogo le dice finalmente Jesús: “Anda, tu fe te ha curado”.
El Papa resaltó que a pesar de que lo intentaron callar, Bartimeo continuó implorando la clemencia del Dios-Hombre. Jesús premia esa fe que no teme en insistir, en clamar al corazón divino, a pesar de las incomprensiones y reprimendas, insistencia que expresa el tipo de fe de Bartimeo.
Rezar y confiar en Dios
El Papa también destacó que el pedido de Bartimeo tiene un estilo sencillo, que revela que no teme compartir su drama con Jesús:
“Bartimeo no usa muchas palabras. Dice lo esencial y se confía en el amor de Dios, que puede hacer volver a florecer su vida cumpliendo aquello que es imposible a los hombres. Por esto no pide al Señor una limosna, sino manifiesta todo, su ceguera y su sufrimiento, que iba más allá del no poder ver. La ceguera era la punta del iceberg, pero en su corazón había otras heridas, humillaciones, sueños rotos, errores, remordimientos”.
Después de resaltar el ejemplo de Bartimeo, el Papa invitó a preguntarse como es la oración de cada uno.
“¿Es valiente, tiene la insistencia buena de aquella de Bartimeo, sabe ‘aferrar’ al Señor mientras pasa, o se conforma en hacerle un saludo formal de vez en cuando, cuando me acuerdo? Y también: ¿mi oración es ‘sustanciosa’, descubre el corazón delante del Señor? ¿Le presento la historia y los rostros de mi vida? O es anémica, superficial, ¿hecha de rituales sin afecto y sin corazón?”
Francisco dijo que cuando hay este tipo de fe viva, de ahí brota una oración que “no mendiga centavos, no se reduce a las necesidades del momento”, sino que pide al Señor todo, porque Él todo lo puede:
“Jesús está impaciente en derramar su gracia y su alegría en nuestros corazones, pero lamentablemente somos nosotros los que mantenemos las distancias, por timidez, flojera o incredulidad”.
El Papa terminó invitando a seguir el ejemplo de Bartimeo con su fe concreta, insistente y valiente.
Con información de Vatican News
Deje su Comentario