No hay que creer todo lo que dice cierta midia, que se distingue por ser anti católica.
Redacción (23/07/2022 17:05, Gaudium Press) Mañana llega el Papa a Canadá. Primero arribará en Edmonton, luego estará en Quebec, la zona católica por antonomasia; también visitará Maskwacis, e Iqaluit, en un viaje que se prolongará hasta el 30 de julio.
Contextualizando esta visita, Pablo Ginés hace en ReligionEnLibertad un análisis del catolicismo que encontrará el Pontífice en este país, descubriendo un panorama un tanto desolador, que sin embargo no será tan diferente del habido en otros lugares que son nuevamente de ‘misión’: “Secularización, anticoncepción y baja natalidad, cultura del ocio, un sistema público de bienestar que redujo la importancia de los servicios católicos, escándalos de abusos, prensa hostil, políticos hostiles, falta de impulso evangelizador… y para redondearlo, la pandemia del coronavirus, que ha golpeado la economía de las parroquias, muy dependientes de la asistencia presencial y el donativo en efectivo”.
“Las fosas con muertos”
Entre otros puntos, Ginés profundiza en el tema del “bulo [falsedad] de las fosas con muertos”.
Este ‘bulo’ es mantra que aún se sigue repitiendo: Por ejemplo, el despacho de hace dos días de la Deutsche Welle sobre la visita de Francisco, titulado “Un viaje delicado: el papa Francisco visita Canadá”, repite que “en los últimos años se han descubierto numerosas fosas comunes”. Supuestas “fosas comunes” de niños indígenas, bien entendido.
“En mayo de 2021 la prensa anunció que habían ‘descubierto’ unas supuestas 215 ‘tumbas sin marcar’ en la escuela residencial de Kamloops, reserva india. El 25 de junio, se habló de 751 cuerpos encontrados en la Escuela Residencial Marieval. Y el 30 de junio, se habló de 182 descubiertos en la misión St Eugene, cerca de Cranbook”, recuerda ahora el articulista de ReligionEnLibertad.
Esos ‘tenebrosos’ hallazgos, que corresponderían a niños confiados a internados gestionados por religiosos, fueron el estopín para una violencia inédita contra la Iglesia en el país, que incluyó la quema de numerosos templos.
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No obstante – y en palabras de Ginés – “han pasado 14 meses y no se ha abierto ninguna ‘tumba’, no se ha encontrado ningún cadáver, nadie ha cavado. Parece que todo se debe a un ‘radar geodésico’ que confunde raíces y rocas con imaginadas ‘tumbas’”.
Pero el que todo no pasase de un bulo, no va a reedificar las cerca de 60 iglesias quemadas o vandalizadas, algunas de ellas donde iban a hacer adoración indígenas católicos.
Por lo demás, cuando alguien serio examina la historia, se ratifica que “si un niño moría – de tifus, gripe, etc. – en esos internados, la mayoría eran enterrados en su pueblo. Así, en Kamloops, sólo 4 niños fueron enterrados cerca del internado (y no a escondidas, sino en el cementerio del pueblo adyacente)” dice Ginés citando a un historiador, profesor emérito de la Universidad de Montreal.
Analisis anacrónico de la Historia
“No es un bulo que los internados del Gobierno -encomendados a comunidades católicas y protestantes- funcionaron mal”, admite Ginés. Pero recuerda también que no pocos de los pecados achacados a estos internados, como castigos físicos, menosprecio de culturas aborígenes, trabajo de alumnos, eran más o menos patrimonio común de la humanidad de entonces: “Eran muy comunes los castigos físicos (pero también lo eran en las casas de los blancos, pobres o ricos, y en las escuelas de élite en Oxford o Cambridge)”; “Tampoco en Gales o Escocia se estudiaba en galés o escocés, ni en bretón o catalán en Bretaña o el Rosellón. El Imperio inglés y el francés despreciaban a las lenguas y culturas que no fueran la imperial”.
Por lo demás, el reconocimiento de las faltas sí existentes ya se ha dado:
“Después de que el Gobierno canadiense reconociera estos hechos, el Papa Benedicto XVI, en 2009, recibió una delegación de nativos canadienses y expresó su ‘dolor por la deplorable conducta de aquellos católicos que causaron un inmenso dolor y sufrimiento a los que acudieron a escuelas residenciales’. Se refería sobre todo a casos de castigos físicos brutales. Una Comisión de Verdad y Reconciliación en 2015 finalizó un informe de 6 volúmenes con recomendaciones. La Iglesia Católica se comprometió a apoyar más a las comunidades indígenas hoy, con proyectos solidarios y con escolarización y becas, como ha ido haciendo y como sigue realizando”.
En fin, se ratifica la moraleja, de que no hay que creer todo lo que dice cierta midia, que se distingue entre varios otros rasgos por ser anti católica.
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