En el Ángelus dominical comentó el Evangelio del día, que habla del ayuno del Señor 40 días enel desierto, y las posteriores tentaciones del demonio.
Redacción (07/03/2022 11:12, Gaudium Press) En el Ángelus del domingo, el Papa comentó el evangelio del día, que trata del ayuno del Señor 40 días en el desierto, y las posteriores trampas, tentaciones, con las que el demonio ilusamente quiso hacer caer a Jesús.
“El desierto -dijo el Santo Padre- simboliza la lucha contra las seducciones del mal para aprender a elegir la verdadera libertad”.
Las tentaciones son “propuestas seductoras”, que conducen a la esclavitud del corazón, que movilizan el “veneno de las pasiones”.
Las tentaciones son “aparente forma de bien”, tienen “ojos dulces”, “cara de ángel” y a veces enarbolan religiosidad.
No se dialoga con la tentación, se va lejos de ella
“Si cedemos a sus halagos -puntualizó Francisco – acabamos justificando nuestra falsedad enmascarándola con buenas intenciones”.
“Con la tentación no se debe dialogar, no debemos caer en ese adormecimiento de la conciencia que nos hace decir: “En el fondo, no es grave, ¡todos lo hacen así!”, dijo Francisco.
El Papa invitó a vivir la Cuaresma como un tiempo en el desierto con Jesús, un tiempo dedicado al silencio y a la oración para que “podamos detenernos y mirar lo que se agita en nuestro corazón”.
“Hagamos claridad interior, poniéndonos ante la Palabra de Dios en la oración, para que tenga lugar en nosotros una lucha beneficiosa contra el mal que nos hace esclavos, una lucha por la libertad”, concluyó el Pontífice.
Con información de Vatican News
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