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El Papa llegó ayer a Castelgandolfo, la residencia veraniega de los Pontífices a 25 kilómetros de Roma, donde permanecerá hasta el 20 de julio y regresará de nuevo algunos días en agosto.
Foto: Screenshot YouTube Vatican News
Redacción (07/07/2025, Gaudium Press) El Papa León XIV llegó ayer a Castel Gandolfo, la histórica residencia veraniega de los Pontífices situada a 25 kilómetros de Roma, donde permanecerá hasta el próximo 20 de julio y regresará de nuevo algunos días en agosto. Su llegada fue recibida con vítores, cánticos y pancartas de bienvenida por parte de cientos de fieles congregados a lo largo de la carretera que conduce a Villa Barberini.
El cortejo papal fue anunciado por la apertura del portón y la salida de dos Guardias Suizos. Poco después, el vehículo oscuro del Pontífice se detuvo, y León XIV descendió para saludar personalmente a los presentes. Bendijo a varios niños, estrechó manos y dirigió palabras de gratitud a quienes llevaban horas aguardando bajo el sol. «Papa León», «¡Santidad!», «¡Santo Padre!», se escuchaba entre la multitud mientras el Pontífice se desplazaba con serenidad y sonrisa abierta.
En la plaza principal, turistas y vecinos seguían con expectación cada movimiento. Algunos grupos de religiosas rezaban el Rosario, mientras familias enteras se acercaban con la esperanza de ver al Papa de cerca. Conchita, una fiel procedente de Zaragoza, compartió emocionada: «Le estreché la mano y le dije: Papa León, te quiero mucho».
A su llegada a la villa, el Papa fue recibido por la secretaria general del Governatorato vaticano, sor Raffaella Petrini; el obispo Vincenzo Viva; el director de las Villas Pontificias, Andrea Tamburelli; y el alcalde Alberto De Angelis. El párroco de San Tommaso da Villanova, don Tadeusz Rozmus, quien acompañará al Santo Padre en la Misa prevista para el domingo 13 de julio, destacó: «Ha sido un encuentro cálido. Nos dio palabras de ánimo y agradeció los preparativos. Se mostró muy cercano y sonriente».
Cuando la multitud comenzaba a dispersarse, el Papa protagonizó un gesto inesperado al asomarse desde el balcón de la villa para saludar de nuevo. Acompañado de su secretario personal, Edgard Iván Rimaycuna, y bajo la bandera amarilla y blanca del Vaticano, agitó la mano ante la ovación de los presentes.
En declaraciones posteriores, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, transmitió el sentir del Pontífice: «El Papa está agradecido por poder continuar su labor en un lugar tan hermoso y por las oportunidades de encontrarse con la gente en los próximos días».
Castel Gandolfo se prepara ahora para recibir al Santo Padre en sus celebraciones litúrgicas y actividades programadas durante su estancia estival.
Con información de Vatican News
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