El profesor Paul Gavrilyuk enseña teología en la Universidad Santo Tomás en Saint Paul, Minnesota.
Redacción (19/04/2022 15:54, Gaudium Press) El profesor Paul Gavrilyuk enseña teología en la Universidad Santo Tomás en Saint Paul, Minnesota, EE.UU. Es claro, los lazos que lo unen a Ucrania son vitales. Y así. su corazón sangra por estos días.
Un dolor que no ha permanecido pasivo, sino que lo ha llevado a fundar la asociación “Reconstruir Ucrania” (Rebuil Ukraine), que busca llevar suministros médicos a este país, que ha mostrado su fortaleza pero que en varios puntos está desolado por el ataque ruso.
En Ucrania tiene familiares, incluso colegas académicos que han dejado los libros y que ahora empuñan un rifle para defender su país. Ejemplos como éste lo han tentado de seguir ese camino, pero ahora tiene la certeza que su fundación es la mejor manera de ayudar a Ucrania.
El origen de su asociación no es tan reciente, sino que inició cuando los rusos invadieron Ucrania para anexionarse Crimea en el 2015. Desde entonces busca recaudar dinero para conseguir suministros de primera necesidad como torniquetes y medicamentos recetados, los cuales envía a hospitales en Ucrania.
Pero con la guerra las necesidades han aumentado y ahora solo duerme cuatro horas al día, dividiendo su tiempo entre la enseñanza en la Universidad Santo Tomás, que mantiene, y las actividades de Rebuild Ukraine.
Dice con orgullo que la asociación puede enviar 5,000 torniquetes semanales a Ucrania.
“Básicamente, nos hicimos la pregunta: ¿Qué producto podemos suministrar que maximizaría las posibilidades de salvar una vida en Ucrania?” y estos fueron los torniquetes. “Queremos participar en la misión de Dios de salvar vidas”.
“La esperanza es enviar 10.000 más en el próximo mes”, dijo. “Realmente estamos hablando de fácilmente 1.000 heridos (ucranianos) por día. Entonces, eso significa que si tuviera 7000 torniquetes para colocar en el país cada semana, sería un hombre muy feliz”.
Voluntarios en Ucrania y EE.UU.
La asociación cuenta con 100 voluntarios en el terreno, que trabajan principalmente en Kiev. En EE.UU. son 15 voluntarios los que ayudan al profesor Gavrilyuk.
También están trabajando en la fabricación de chalecos antibalas, con destino a civiles que ahora son soldados. Y en un hallazgo que considera providencial, encontró que hay departamentos de policía – específicamente en Wisconsin y Texas – que han dejado chalecos en desuso debido a su antigüedad, pero que estos pueden ser útiles en su país.
También sus voluntarios están trabajando en un producto que se ha mostrado vital y de mucha utilidad, como es la carne seca. En Ucrania abunda la carne, y por ello, trasformarla en carne seca es una real posibilidad. El profesor Gavrilyuk habló de una voluntaria en concreto, que vive en Ucrania y que “está secando carne en su casa (y) también albergando a 20 refugiados”, dijo. “Y su joven esposo, de 25 años, está luchando (contra los rusos). Entonces, el esposo está peleando, la esposa está cuidando de 20 refugiados y produci9endo más de 100 libras a la semana de carne seca para nosotros”.
Gasta también su tiempo el profesor en recorrer ciudades americanas recaudando fondos. Ha creado también una página web rebuil-ua.org.
Él no es católico, sino ortodoxo, pero su ejemplo ha admirado a las autoridades católicas, que plasmaron su testimonio en el periódico diocesano local.
Y sigue, animado, pero con dolor: “Mis padres ancianos ahora son refugiados. Mi tía abuela que tiene 98 años… es una refugiada viviendo ahora en Lituania…”.
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