viernes, 22 de agosto de 2025
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El reciente fallecimiento del ‘juez más amable del mundo’: era católico

Frank Caprio tenía cáncer de páncreas. Antes había ido a Lourdes a pedirle a la Virgen.

800px Judge Frank Caprio in 2018

Foto: Wikipedia

Redacción (22/08/2025 11:13, Gaudium Press) Frank Caprio era no más que un sencillo juez, pero con una ‘viralización’ casi mundial, gracias a los medios. Su fallecimiento, el pasado 20 de agosto, a los 88 años, después de casi 40 años de trabajos como juez del tribunal municipal de Providence, Rhode Island, EE.UU., es noticia en todas partes.

Ocurre que desde 1999 se empezó a emitir por televisión “Caught in Providence” (Atrapado en Providence), un programa sobre su desempeño como juez, que poco a poco fue ganando en audiencia hasta volverse súper visto, no solo en los EE.UU.

El juez resolvía causas menores, multas por mal estacionamiento, excesos de velocidad, pero su estilo fue cautivando a públicos cada vez mayores. Entretanto, había algo no tan conocido de este simpático togado: era católico, fervoroso.

En febrero Caprio declaró a Colm Flynn, de EWTN, una enseñanza que le había dejado su padre, un inmigrante italiano: “Lo que para algunos puede parecer una multa pequeña, para muchos era algo que no podían pagar”. “Por eso siempre preguntaba: ‘Cuénteme un poco sobre lo que está pasando en su vida’”, contó el juez. Claro, esto hacía que sus programas no fueran solo de procedimientos judiciales, sino que terminaban siendo historias de vida.

Su caso queda desestimado”

Una frase suya se hizo memorable: “Su caso queda desestimado”.

Pero como nunca faltan las murmuraciones, sea porque se está de blanco, o porque se está de negro, un día respondió a otros jueces que le reprochaban su supuesto exceso de indulgencia: “Simplemente me ponía en los zapatos de la persona que tenía enfrente”. Se nota ahí la marca de su padre.

Fue muy visto, y lo sigue siendo, el capítulo en que el juez Caprio absolvió a un muy pintoresco anciano de 96 años, que no había pagado una multa: resulta que el anciano estaba llevando a su hijo, con cáncer, a una cita médica. El juez no solo desestima el caso, sino que hace el público elogio de ese hombre, alguien que seguía cuidando a su hijo aunque ya se cerca a ser centenario. Justamente, cuando el anciano cumplió 100 años, el juez Caprio quiso ir a celebrarlo con él.

Hijo de inmigrantes napolitanos, Frank Caprio estudió en escuelas públicas, pues la familia era pobre. El recuerda con añoranza cuando su padre, que vendía frutas y leche en un carrito, los despertaba a él y a sus hermanos a las 4 de la mañana para iniciar la ronda de la leche: “Tuve la infancia más privilegiada que puedas imaginar”, “tuve el privilegio de crecer siendo pobre”.

Su padre ya intuía que sería absorbido por el trabajo de las leyes: “algún día serás abogado, le dijo a los 12 años, y no podrás cobrarle a los pobres como nosotros”. Mientras enseñaba sobre gobierno en Hope High School, hizo de noche la carrera de derecho en la Suffolk University School of Law. Aprueba el examen de abogacía en 1965, se convierte en juez en 1985, y así lo siguió ejerciendo hasta que se retiró en el 2023.

Fue ese 2023 que se le diagnosticó cáncer de páncreas, uno de los más terribles.

Católico pero de verdad, fue hasta Lourdes a pedirle a la Virgen, en el 2024, por él, por su salud. Allí, en la gruta de Masabielle, le cantó el Ave María a la Virgen: lo describe como un momento espiritual profundo.

Después de conocer su diagnóstico, Caprio pidió por redes que rezaran por él, pues “tengo una fe profunda y constante en la Iglesia Católica, en Jesús, en el poder de la oración”. Después declaró que sintió la fuerza que provenían de esas oraciones.

Luego afirmó que su fe en Dios y las oraciones de todos sus seguidores lo mantuvieron en pie.

Un día antes de fallecer, publicó un video en Facebook, nuevamente pidiendo que rezaran por él.

Al juez Caprio le sobreviven su esposa, Joyce, y sus cinco hijos. Frank, David, Marissa, John y Paul. También siete nietos y dos bisnietos.

En el 2025 publicó sus memorias: Compassion in the Court: Life-Changing Stories from America’s Nicest Judge, Compasión en la corte: Historias que cambian la vida del juez más amable de Estados Unidos.

Entre varios de sus logros, se destaca, en Suffolk University School of Law, la creación del Fondo de Becas Antonio “Tup” Caprio, nombrado en honor a su padre, para apoyar a estudiantes de Rhode Island dedicados a mejorar el acceso a servicios legales en los barrios pobres y urbanos del estado. También creó becas en Providence College, y para graduados de Central High School, todas en honor al legado de su padre.

Con información de Aciprensa.

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