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“Los sacerdotes pueden ser arrestados si usan las palabras incorrectas en las homilías”.
Redacción (10/03/2022 16:14, Gaudium Press) En una entrevista al site de noticias católicas Catholic News Service, un profesor católico ruso, que pidió no ser identificado, dijo que el clero ruso teme ser arrestado si cuestiona la guerra contra Ucrania y advirtió que la Iglesia se enfrenta ahora a una “nueva era de silencio”.
“En las parroquias se rezan oraciones por un alto el fuego inmediato, pero los sacerdotes ya no pueden hablar en público. Estamos de vuelta a una situación muy similar a la Unión Soviética atea, cuando un sacerdote tenía que encender la radio o la televisión para no ser escuchado por los servicios especiales. Los sacerdotes no quieren perjudicar a la comunidad católica o ser arrestados y sus iglesias cerradas”.
El gobierno ruso prohíbe todas las noticias e informaciones no oficiales. Las enmiendas al Código Penal, aprobadas el 4 de marzo por la Duma rusa, permiten fuertes multas y hasta 15 años de prisión por la “difusión pública de ‘noticias falsas’ sobre el uso de las fuerzas armadas rusas”. Varios medios de comunicación ya han sido cerrados.
El profesor explicó que muchos católicos tienen amigos y familiares en Ucrania y están bien informados sobre los acontecimientos, pero agregó que los sacerdotes podrían ser arrestados si usan palabras incorrectas en sus homilías.
“La mayoría de los católicos conocen la enseñanza social de la Iglesia para diferenciar entre una guerra justa y una guerra agresiva”, dijo. Y muchos de ellos están compensando la reticencia de su clero hablando claramente.
Una nueva Cortina de Hierro – Una nueva era de silencio
También subrayó que los obispos católicos de Rusia, para no perjudicar y evitar “posibles persecuciones”, prohibieron la publicación del mensaje del Papa en el Ángelus del 6 de marzo, en el que califica la ofensiva rusa como “no sólo una operación militar , sino una guerra sembrando muerte”.
“La esfera pública de Rusia puede identificar fácilmente a los católicos. Es por eso que nadie culpa a nuestro clero por no alzar la voz, como lo exigiría la enseñanza católica. Las generaciones que vivieron el comunismo entienden especialmente la necesidad de cautela”.
El profesor agregó que muchos católicos se están yendo de Rusia para evitar una temida represión militar y un posible reclutamiento militar.
“Mucha gente espera una nueva Cortina de Hierro, que cierre nuestras fronteras y nos corte el acceso al mundo. Aunque ahora la policía está ocupada con otras tareas, pronto podrán volverse contra nosotros. Nuestra Iglesia ahora puede estar enfrentando una nueva era de silencio”.
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