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La reciente investigación del Instituto Italiano de Cristalografía sobre el Sudario de Turín, está dando pie para otros desarrollos colaterales.
Redacción (26/08/2024, Gaudium Press) Han sido ampliamente divulgados los resultados del reciente estudio del Instituto de Cristalografía de Italia sobre el Santo Sudario de Turín, investigación liderada por el Dr. Liberato De Caro, que usó un método que mide la degradación estructural a través de Rayos X, y que concluyeron que el origen del sudario es justamente de los días de la muerte de Cristo, aportando una prueba más a su autenticidad, en su momento cuestionada por el desprestigiado estudio del Carbono 14 de 1988, que afirmaba que la reliquia tenía origen medieval.
Estos nuevos resultados vuelven a poner a tono mil elementos e investigaciones que hacen que el Sudario sea una reliquia completamente inexplicable.
Por ejemplo: solo hay una forma en que un tejido de lino como el del Sudario haya podido resistir 2.000 años o 1.000 años: debería haber sido mantenido entre los 20 y 22,5% grados de temperatura, y entre 55% y 75% de humedad, algo prácticamente imposible en un período tan largo de tiempo.
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Pero ha llamado bastante la atención también por estos días, la recreación del “Rostro de Jesús” a partir del Santo Sudario, hecha por la empresa de Inteligencia Artificial Midjourney, a pedido del tabloide británico Daily Express.
El resultado, que puede no agradar por entero a todos, entre tanto se acerca mucho a la iconografía clásica de Jesucristo, y a lo que la ‘mente colectiva’ imaginó comúnmente de la figura del Redentor.
Un rostro este muy distante, como ya está siendo ampliamente apuntado, del publicitado en el 2001 por un equipo de especialistas forenses a instancias de la BBC, que representaban a un hombre de trazos medio primitivos y de expresión desubicada, un tanto animalesco, muy alejado de la imagen observable en el Santo Sudario.
La evidencia científica sobre la autenticidad del Sudario de Turín es aplastante, y lo seguirá siendo a medida que nuevos métodos entren a analizarlo. Pero ahora vemos que esta autenticidad también viene a decirnos que los cristianos en 2.000 años no nos habíamos equivocado idealizando un Cristo que no era sino un hombre medio salvaje.
Con información de Veja
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