El viernes pasado la Duma aprobó fuerte ley contra las “fake news”.
Redacción (11/03/2022 09:36, Gaudium Press) Que la mano dura de corte stalinista se está imponiendo en la antigua rusia de los zares, es algo que el trascurso de los días van tornando claro.
Ayer Gaudium Press noticiaba las declaraciones de un profesor católico ruso, que expresaba el miedo que estarían teniendo los sacerdotes católicos en Rusia, de hablar contra la guerra de agresión a Ucrania. “Estamos de vuelta a una situación muy similar a la Unión Soviética atea, cuando un sacerdote tenía que encender la radio o la televisión para no ser escuchado por los servicios especiales. Los sacerdotes no quieren perjudicar a la comunidad católica o ser arrestados y sus iglesias cerradas”, declaraba.
Es claro que el temor de los católicos en Rusia no surge de una actitud demasiado precavida o sensible, sino que se basa en hechos como los miles de manifestantes que han sido arrestados por estos días al protestar contra la guerra. Pero también a otras medidas que ya han tomado las autoridades por estos días.
Diversos medios en varios lugares del planeta noticiaron el arresto del sacerdote ortodoxo Ioann Burdin, después de condenar la invasión rusa en un sermón dominical. Burdin oficiaba en la Iglesia de la Resurrección de la región de Kostroma. Con el arresto, quedan avisados todos, por si hacía falta algún aviso.
El sacerdote también había publicado un link a una petición anti-guerra en el site de su parroquia.
De acuerdo a un parte de la policía, citado por el website Media Zona, el Burdin “había cometido una ofensa pública destinada a desacreditar a las fuerzas armadas Rusas las cuales están conduciendo una operación militar especial”.
El sacerdote ortodoxo había dicho en el sermón del domingo anterior al miércoles de ceniza que las “tropas rusas en Ucrania bombardean las ciudades ucranianas de Kyiv, Odesa, Kharkiv y matan ciudadanos de Ucrania – hermanos y hermanas en Cristo”.
El link puesto en el site de la parroquia de Burdin, dirigía a una petición anti-guerra que afirmaba: “Nosotros, los Cristianos, no podemos quedarnos de brazos cruzados cuando un hermano mata a un hermano, un cristiano mata a un cristiano”. “No repitamos los crímenes de quienes saludaron las hazañás de Hitler el 1 de septiembre de 1939”.
Se cierra el control sobre la expresión libre
El arresto del sacerdote también se enmarca en el ya total control que tienen las autoridades rusas sobre los medios de comunicación en su país. Control que va hasta minucias como impedir que se hable de ‘guerra’ en Ucrania, sino de ‘conflicto’, o de ‘operación militar’ u ‘operaciones especiales militares’.
El control al discurso mediático ya tiene bendición legislativa, con fuertes repercusiones penales. El viernes pasado la Duma aprobó una ley que criminaliza la distribución de “noticias falsas” sobre el ejército ruso, con penas que pueden ir hasta los 15 años de prisión.
La nueva ley ya tuvo un efecto de onda expansiva, y son varios los medios occidentales que suspendieron sus reportajes desde Rusia para proteger a sus periodistas. Otros han ocultado esas firmas para proteger sus identidades. Y medios de comunicación rusos de línea no gubernamental también suspendieron operaciones.
El regulador de comunicaciones de Rusia, Roskomnadzor, ya ha emitido advertencias a TV Rain y Ekho Moskvy, así como a InoSMI, Mediazona, The New Times, Svobodnaya Pressa, Krym.Realii, Novaya Gazeta, Zhurnalist y Lenizdat.
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