Una de las prácticas más tradicionales de la Cuaresma es la limosna, que consiste en dar parte de los bienes materiales que poseemos a los más necesitados.
Redacción (22/03/2023 15:57, Gaudium Press) La Cuaresma es un período litúrgico muy importante para nosotros los católicos, que comienza el Miércoles de Ceniza y se prolonga hasta el Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa. Durante este tiempo, los fieles están invitados a hacer un camino de conversión para prepararse a la celebración de la Pascua, que es la fiesta de la resurrección de Jesucristo. Una de las prácticas más tradicionales de la Cuaresma es la limosna, que consiste en dar parte de los bienes materiales que poseemos a los más necesitados.
La limosna es una práctica presente en todas las grandes religiones y, en el cristianismo, tiene una especial importancia, ya que Jesucristo enseñó que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos y ayudar a los más necesitados. En Cuaresma, la limosna adquiere un significado aún más profundo, ya que es un gesto concreto de solidaridad que nos ayuda a vivir la caridad y el compartir, valores que son esenciales para el camino de conversión que estamos recorriendo.
Para practicar dar limosna durante la Cuaresma, podemos reflexionar sobre nuestras posesiones e identificar qué podemos compartir con los más necesitados. Puede ser dinero, comida, ropa, artículos personales, tiempo y talento, entre otras cosas. Lo importante es que esta donación se haga de forma voluntaria, generosa y desinteresada, sin esperar nada a cambio.
Diversas formas de dar limosna en Cuaresma
Hay varias maneras de hacer limosna en Cuaresma. Una de ellas es contribuir a proyectos sociales que atienden a personas en situación de vulnerabilidad, como residencias de mayores, guarderías, casas de acogida, hospitales y entidades de atención a personas sin hogar. Otra opción es ayudar a las personas que están cerca de nosotros y que necesitan ayuda, ya sea un familiar, un vecino o un amigo que está pasando por dificultades.
Además, la limosna se puede practicar a través de gestos simples, como dar comida o dinero a un mendigo en la calle, ayudar a una persona mayor a cruzar la calle, ofrecer un paseo a alguien en necesidad, o incluso tomarse el tiempo para escuchar y aconsejar a alguien que está experimentando problemas.
Siguiendo el ejemplo de Jesucristo
La práctica de dar limosna en Cuaresma no debe verse como un mero gesto de caridad, sino como una oportunidad para experimentar la solidaridad y el compartir, valores que son fundamentales para la vida cristiana. Al practicar la limosna estamos siguiendo el ejemplo de Jesucristo, que se hizo pobre para enriquecernos con su gracia y nos enseñó que el amor al prójimo es el camino de la verdadera felicidad.
Por Mons. Eurico dos Santos Veloso, Arzobispo Emérito de Juiz de Fora, Brasil.
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