sábado, 23 de noviembre de 2024
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El singular catolicismo de Beethoven

Sobre el catolicismo de Beethoven, muchos se preguntan, muchas cosas se dicen.

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Foto: Royal Opera House Covent Garden

Redacción (30/06/2022 11:42, Gaudium Press) Sobre el catolicismo de Beethoven (1770-1827), no pocos se preguntan, muchas cosas se dicen. Es ese el tema de la nota publicada en ReligionEnLibertad La gran incógnita sobre Beethoven: nació y murió como católico, pero ¿qué sucedió entre medias?, de autoría de Michael de Sapio, aparecida originalmente en Crisis Magazine.

Beethoven, que junto con Bach y Mozart constituyen la trilogía más reconocida de la música clásica, fue bautizado como católico y recibió formación católica. Y al final de su vida recibió el sacramento específico de la Iglesia que prepara para el encuentro con Dios. La cuestión es, se pregunta el articulista, qué hubo entre el inicio y el final, en materia de fe y práctica católica en el famoso compositor.

Aunque comúnmente se ha promocionado a Beethoven como un laicista o un mero deista, “las cartas y cuadernos de Beethoven dan testimonio de su fuerte creencia en un Dios personal”.

Composiciones de sabor deísta, y también de aroma cristiano

En sus composiciones, “solía escribir notas y títulos religiosos”: “Lleno de gratitud al Todopoderoso tras la tormenta”, “Canción santa de agradecimiento de un convaleciente a la Divinidad”… Tiene algunos textos en piezas corales donde sí está retratado el deísmo de la Ilustración, como en la famosa Novena Sinfonía, pero también tiene obras donde se hace muy presente la tradición católica.

Escribió el oratorio Cristo en el Monte de los Olivos, donde el compositor se “concentra en la Agonía en el Jardín”. Después vino la Misa en Do mayor, que algunos califican de “esplendorosa”. Su oratorio El triunfo de la Cruz, que fue encomendado, nunca llegó a su fin. Tampoco llegó a componer otra Misa que tenía planeada.

Pero la obra de cuño religioso más elogiada del compositor alemán es la Missa Solemnis, que para sorpresa de muchos, él mismo calificó como “la coronación de mi vida de trabajo”, escrita para la entronización en su sede como Arzobisipo de Olomouc de Rodolfo de Austria, gran amigo de Beethoven.

Al parecer la madre de Beethoven era persona devota. El inicio de su aprendizaje fue tocando el órgano en las misas de la aurora en Bonn.

En su vida moral personal, se le califica de puritano.

Pero también es claro que no era un devoto católico, o un frecuentador de sacramentos, aunque sí se asegura que “cuando se convirtió en tutor de su sobrino Karl, se aseguró de que recibiese regularmente los sacramentos”.

Igualmente se cree que a la mitad de su vida se interesó por religiones orientales,y hace citas de textos religiosos de este tipo en sus cuadernos.

Aunque se le considera un autor de vanguardia para su entonces, Beethoven no dejaba de fascinarse por la música religiosa antigua: “En las formas antiguas de la Iglesia la devoción es divina… y [quiera] Dios que algún día me permita expresarlo”, decía. En su Missa Solemnis quiso que las flautas asemejasen el batir de alas de ave en representación del Paráclito, que los violines sugiriesen la presencia de Jesús en el altar, que el órgano hablase del rito eucarístico.

Se decía arriba que murió con sacramentos. Pero la iniciativa de recibirlos partió no de él, sino de su médico, quien consigue que un sacerdote le administre la extremaunción. Al padre le reconoce el músico medio moribundo: “¡Gracias, señor espiritual! ¡Me ha aliviado!” El sacerdote permitió el entierro católico y ofreció una misa de réquiem, lo que indicaría que creyó que Beethoven moría como cristiano.

Un espíritu, pues, bastante fluctuante en términos de fe. Dios haya tenido pena de su alma.

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