17 cristianos fueron asesinados por yihadistas en un hospital católico del Congo, entre ellos mujeres que amamantaban a sus hijos.

Foto: persecution.org
Redacción (19/11/2025 11:31, Gaudium Press) Un nuevo y devastador episodio de persecución anticristiana sacudió el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), país con aproximadamente 103 millones de habitantes, de los cuales se estima que cerca del 49,6 % de la población profesa la fe católica. Este fin de semana, cuando un grupo armado vinculado al Estado Islámico lanzó un ataque brutal contra una institución de salud dirigida por la Iglesia.
El asalto se consumó en el hospital católico de Byambwe, en el territorio de Lubero, al noreste del país, en la provincia de Kivu del Norte, y dejó al menos 17 cristianos asesinados: once mujeres —algunas de ellas lactantes— y seis hombres. Según el administrador local de Lubero, el coronel Alain Kiwewa, las víctimas incluyeron “mujeres que estaban amamantando fueron brutalmente asesinadas y halladas con la garganta cortada en sus camas del hospital”.
El ataque ocurrió durante la noche del viernes al sábado en Byambwe y fue perpetrado por la ADF, que se había comprometido con el Estado Islámico y opera en la zona limítrofe entre Uganda y el Congo. La institución asaltada está gestionada por las Hermanitas de la Presentación (Little Sisters of the Presentation) y se encontraba en una región donde faltan servicios hospitalarios adecuados.
Además de los muertos, edificación y viviendas destruídas
Según medios católicos, el edificio del hospital fue parcialmente destruido, y viviendas adyacentes fueron incendiadas y saqueadas.
El misionero italiano Giovanni Piumatti, que sirvió en la diócesis de Butembo-Beni, comentó: “Es horripilante y desgarrador presenciar y escuchar semejantes cosas”. Más allá de la cifra de 17 muertos, otros informes creen que podrían haber sido al menos 20 víctimas, y que los atacantes destruyeron 27 viviendas junto al hospital.
Este ataque además de ser un objetivo militar tradicional, tambien emerge como un mensaje de exterminio dirigido a comunidades cristianas en una región abandonada por el Estado y la comunidad internacional. Como lo ha señalado Piumatti: “Estas matanzas están más allá de la imaginación, y suceden casi cada semana”.
El hecho evidencia la brutalidad que ha alcanzado el conflicto en el este del Congo, donde la ADF se mueve con creciente impunidad en zonas montañosas de difícil acceso para las fuerzas estatales. En agosto pasado, la misma milicia fue responsable de al menos 52 personas asesinadas en varios ataques en la provincia de Kivu del Norte
Por su gravedad, el Papa Leo XIV mencionó la masacre durante su rezo dominical del Ángelus, afirmando que “debemos rezar para que toda violencia cese” y expresando su cercanía a las familias en la región de Kivu Norte.
Un ‘mix’ de tensiones
La región de Kivu del Norte está inmersa en un conflicto prolongado que mezcla tensiones étnicas, recursos minerales codiciados, grupos rebeldes, acción estatal débil y refugiados internos. La presencia de la ADF, alineada con el Estado Islámico, añade una lógica terrorista que no solo busca controlar territorio sino imponer un clima de terror.
El ataque al hospital de Byambwe forma parte de una ofensiva más amplia que las autoridades congoleñas y organismos internacionales vienen registrando desde hace meses: aldeas arrasadas, templos incendiados y padres de familia asesinados por negarse a abandonar su fe.
Impacto y reacción
La masacre del hospital católico de Byambwe no es un episodio aislado, es otra advertencia de que el yihadismo avanza donde la comunidad internacional se retira y donde los cristianos quedan desprotegidos.
Organismos de derechos humanos y de persecución religiosa hablan de crimen de lesa humanidad ante ataques que deliberadamente toman como blanco a civiles vulnerables en hospitales, maternidades o iglesias.
Este ataque pone de relieve la urgente necesidad de una mayor protección internacional de las comunidades vulnerables en el este de la RDC. Como lo han dicho los líderes locales, “¿qué significa para ustedes que vean estas muertes y no actúen?”
En un contexto donde la infraestructura del Estado es débil y los grupos armados aprovechan el vacío, el riesgo para los civiles —especialmente para las comunidades cristianas que sostienen vida comunitaria como lo son las escuelas, hospitales e iglesia, es extremo. Esta masacre es parte de una serie de ofensivas que, según algunos, tienen un componente genocida explícito.
Con información de La Gaceta de la Iberosfera y persecution.org





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