El candidato demócrata ha escogido su fórmula a la vicepresidencia, Kamala Harris, quien tiene fuertes ligaciones con la multinacional del aborto Planned Parenthood.
Washington (12/08/2020 17:00, Gaudium Press) La vida de Kamala Harris, 55 años, la nominada candidata vicepresidencial por el partido demócrata en los EE.UU., es algo más que abigarrada, heterogénea. Miremos.
Tiene sangres india (materna), y jamaiquina (paterna), y pues por estos días mucho se ha destacado ese su tono de piel oscura, será por lo del Black Lives Matter, y los votos que se querrán recoger de los afroamericanos, esto a pesar de que algunas encuestas afirman que más del 40 % del voto negro va para Trump.
No eran propiamente sus padres los que la llevaban a la iglesia cristiana (estos se separaron cuando tenía 7 años), sino una vecina, y tal vez será por ello que se le salen en sus discursos cosas como las parábolas del buen samaritano, o lo de la fraternidad de todos los hombres, que “todos debemos ayudarnos”; se declara baptista.
Esta india, jamaiquina, baptista, que podría llegar a ser potencialmente presidente de los EE.UU. el próximo 3 de noviembre, también se casó con un abogado judío con quien no tuvo hijos, aunque asumió los dos que ya portaba su cónyuge.
Lo que no es heterogéneo en la vida de Harris es su orientación y militancia política
Pero lo que no es heterogéneo en la vida de Kamala Harris es su orientación y militancia política.
Parte de su campaña al senado en California fue financiada por la multinacional del aborto Planned Parenthood, que mucho ha sufrido con el gobierno Trump. Y como persona agradecida, combatía todo intento legal de reducir el flujo de dineros públicos a las arcas de esa multinacional.
También es consistente en su militancia política, que como fiscal general en California halla querido que la empresa de instalaciones y reparaciones HobbyLobby, de propiedad de una familia cristiana menonita, fuera obligada a pagar los servicios médicos de esterilización y anticoncepción de sus empleados. Lo mismo que quisieron de las Hermanitas de los Pobres, hasta que el Supremo Tribunal las liberó en su conciencia.
También es muy consistente con su radicalismo el que ya como senadora a nivel federal haya querido recortar una ley que protege la libertad religiosa en los EE.UU., sin mucho éxito.
Perseguidora como fiscal de un periodista católico
Pero su posición radical quedó más patente cuando se ensañó con el periodista católico David Daleiden, quien filmó de manera discreta cuando jefes de Planned Parenthood negociaban partes de los cuerpos de bebés abortados. Favor con favor se paga, dice el adagio popular.
Daleiden fue el primer periodista en ser procesado bajo la ley de grabación de California. En su momento Daleiden declaraba que lo hecho por la fiscal Harris era “una descarada, sin precedentes y actual conspiración en curso para usar selectivamente las leyes de grabación de video de California como un arma política para silenciar el discurso desfavorecido”.
Harris envió policías a oficinas y casa de Daleiden, confiscó materiales, videos, archivos, y espetó que cabía la sospecha de ‘voluntad delictiva’ en el periodista.
La antigua Fiscal Harris no esconde su discriminación contra católicos. Cuando se evaluó la nominación de Brian Buescher para el cargo de juez de distrito en 2018, Harris dijo que su idoneidad estaba cuestionada por ser él un católico provida perteneciente a los Caballeros de Colón, cuyo presidente describía el aborto como una “matanza de inocentes”. Bien, es lo que debería pensar todo católico sobre el aborto.
Ella, Harris, es incluso más consistente que su jefe con relación a la enmienda Hyde, la cual prohíbe que se financien abortos con dineros federales. Ella simplemente quiere que esa enmienda sea derogada.
En concepto de Marjorie Dannenfelser, presidenta de la asociación Susan B. Anthony List, que valora la escala provida de los diversos candidatos políticos, “Kamala Harris es una extremista que apoya el aborto a petición, pagado por los contribuyentes e incluso el infanticidio”, queriendo significar el no cuidado de los niños que nacen vivos tras un aborto. “Su agenda es rechazada por una mayoría abrumadora de norteamericanos, incluyendo millones de independientes y de miembros del Partido Demócrata”, agrega. Es decir, hay demócratas que se asustan con su figura.
Todo lo anterior, una razón más para objetar la condición de integridad católica de Joe Biden, pues como varios han dicho, el tándem Biden-Harris es el más abortista en toda la historia de las aspiraciones presidenciales en los EE.UU.
Con información de ReligionenLibertad
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