El antiguo secretario de la Comisión Pontificia para América Latina lanza pronto su libro “Il Testimonne – Mezzo secolo di un laico nelle stanze vaticane”.
Redacción (21/08/2025 11:17, Gaudium Press) Es una de las personalidades más destacadas del laicado hispanoamericano, y más polifacéticas.
Guzmán Carriquiry Lecour, uruguayo nacido en 1943, llegó a Roma siendo un joven de veintisiete años para trabajar ad experimentum, en el entonces llamado Consejo Pontificio para los Laicos y allí, en la Città Eterna, se quedó hasta hoy. Es historiador, conferenciante, escritor, diplomático. Ha ocupado todos los cargos en el Dicasterio de Laicos, ha sido Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina y Embajador del Uruguay ante la Santa Sede. Por su casa, sentados a la mesa, han pasado dos Papas, e innumerables Cardenales, Arzobispos, Obispos, Embajadores, sacerdotes, laicos y un largo etc.
Allí, en su casa, recibió a Gaudium Press, en una calurosa tarde del ferragosto romano. Un ambiente que entre cuadros, libros y fotografías comparte con su esposa Lídice. Buen gusto, en medio de recuerdos. Tomando un agradable café, en la conversación circuló lo humano y lo divino.
Y surgió un tema que dará que hablar en el inmediato futuro, su próximo libro. Más de trescientas páginas de gran interés y sabrosa lectura. Sobre esa obra le entrevistamos.
Gaudium Press – Querido Don Guzmán, señor Embajador, porque el título de Embajador nunca se pierde, he oído que a finales de agosto tendremos una sorpresa vinculada a Ud. y al mundo de la escritura, ¿es cierto eso?
Guzmán Carriquiry – Bueno, veo que están bien informados… A finales de agosto ya se va dar a conocer, pero el 12 de septiembre en todas las librerías de Italia estará mi libro publicado por la Editorial Cantagalli con el título: “Il Testimonne – Mezzo secolo di un laico nelle stanze vaticane”.
Y a mediados de septiembre, saldrá en lengua española en la Editorial Sapientia en Méjico, que sé, lo va a distribuir a través de Amazon para facilitar la compra en los diversos países de América Latina y en España.
GP – ¿Por qué ese libro y por qué ahora?
GC – Desde hace tiempo, familiares, amigos y también colegas de la Curia Romana, incluso Prelados importantes de la Santa Sede, me han alentado a escribir mis memorias. Cuarenta y ocho años de un laico, venido del fin del mundo, diría parafraseando al Papa Francisco, a los 26 años de edad, para un año ad experimentum, de trabajo en la Curia Romana, que después fueron 48 años a servicio de cinco pontificados.
La mía ha sido una experiencia singularísima, muy especial, muy original. Lo que hago en el libro, es tratar de comunicar esa experiencia de vida y de trabajo en el corazón de la Iglesia, en la Curia Romana, en la Santa Sede.
GP – Esa iniciativa… Se puede decir, sin lugar a dudas, que el libro es fruto del amor a la Iglesia, del amor al Papado como institución y de un profundo conocimiento de la Curia Romana.
GC – Sintetiza Ud. muy bien, estimado amigo, porque no habría escrito este libro si no pensara que su lectura pudiera ayudar, en la medida de mis límites, a comunicar un gran amor a la Iglesia, a la madre Iglesia, a la Santa Madre Iglesia. Y yo quisiera al mismo tiempo estimular un mayor respeto, una mayor devoción a los sucesores de Pedro. Y todo eso a partir de –no simplemente de un recital del Credo–, sino partiendo de una experiencia viva que he compartido durante estos casi cincuenta años en Roma.
GP – Cuando uno comienza a leer el libro encuentra que no es un libro azucarado, que no disimula las realidades, las trata en profundidad pero busca la objetividad…
GC – Sí. A decir verdad, he tratado de destacar toda la ‘positividad’ de mi experiencia como un don desmesurado, desproporcionado, que he recibido de trabajar al servicio de cinco pontificados en el corazón de la Iglesia. La ‘positividad’ del Magisterio de los sucesivos pontífices.
El libro recorre mi novedad de vida en el Vaticano, tantos encuentros, tantas situaciones vividas, tantos trabajos realizados, tantas anécdotas… Pero al mismo tiempo esa experiencia va provocando reflexiones, juicios, apreciaciones.
No es un cuento de agua de rosas. No silencia las situaciones críticas, no oculta las preguntas inquietantes que muchas veces me he planteado muy dentro del corazón.
Presenta reflexiones críticas y reflexiones propositivas al trabajo en la Curia Romana, al gobierno de la Iglesia universal, que por otra parte, he tenido posibilidad de compartirlas personalmente con sucesivos pontífices.
Pero si ha habido muchas situaciones que nos han provocado preocupación, que nos han provocado disgustos, que nos han provocado hasta vergüenza, es mucho más grande, mucho más grande, las luces y los frutos que se destacan en el libro de la experiencia que yo he vivido.
GP – Querido Embajador, para terminar, ¿cómo ve el momento actual de la Iglesia?
GC – Lo veo con mucha esperanza, con mucha esperanza.
Dejé la redacción definitiva de mi libro para su impresión sólo quince, veinte días después, que el Cónclave eligió al Cardenal Robert Prevost como Papa, como Papa Leon XIV. Así que el libro concluye con un “muerto el Papa, ¡viva el Papa!”, con un capítulo que se intitula: “Viva el Papa León XIV”.
Porque esa tiene que ser la reacción inmediata, pronta, determinada, de todo católico que vive a fondo la comunión de la Iglesia. La devoción, el amor, la devoción al sucesor de Pedro, la oración por su persona y por sus intenciones
Pero han bastado quince días para conocerlo, conocer su biografía, para escuchar sus primeras intervenciones, para apreciar sus primeros gestos, para que esa necesaria devoción a todo sucesor de Pedro, estuviera además animada de mucha alegría y de mucha esperanza.
GP – Pues yo creo que lo que queda es recomendar comprar el libro, y disfrutar en sus trescientas y poco páginas, de un testimonio vivo de amor, de esperanza sobre todo, en el futuro de la Iglesia. Muchísimas gracias D. Guzmán.
GC – Muchas gracias a ti José Alberto.
(José Alberto Rugeles / Gaudium Press)
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