Recientemente fue promulgada la Ley de Moralidad en el país talibán.
Redacción (04/09/2024 14:44, Gaudium Press) No están siendo mucho las repercusiones en el noticiario internacional, de las draconianas medidas del gobierno talibán en Afganistán, con relación a las mujeres, que ahora no podrán hablar con tono de voz alto, ni mostrar rostro fuera de sus casas, tras la promulgación de la Ley de Moralidad en el país.
Las medidas, incluidas en todo un paquete legislativo y que fue ratificado hace pocos días por el líder supremo Haibatullah Akhundzada, considera que las voces de las mujeres son “vicio” cuando escuchadas en público.
Cada vez que “una mujer adulta salga por necesidad, está obligada a ocultar su voz, rostro y cuerpo”.
Estas reglas, de acuerdo al gobierno del país, son su particular aplicación de la sharía, ley islámica. Es claro que estas normas no son letra muerta en el país talibán, sino que el Ministerio de la Moralidad ya ha hecho detenciones de miles de personas, a través de los mohtasabeen o policía de la moralidad.
Pero las normas van más allá
Reporta la BBC que:
-Tampoco se debe escuchar a las mujeres cantar o leer en voz alta, ni siquiera desde el interior de sus casas.
-La ropa de las mujeres no debe ser fina, corta o ajustada.
-Las mujeres deben ocultar su cuerpo y rostro de los hombres con los que no están casadas ni tienen parentesco de sangre.
-Los hombres también tienen prohibido mirar el cuerpo y el rostro de las mujeres, y lo mismo se aplica a las mujeres adultas sobre el cuerpo de los hombres.
No fotografías de seres vivos
-La nueva ley igualmente prohíbe crear, conservar o publicar imágenes de seres vivos, y abarca desde el hecho de dibujar un pájaro a llevar una foto de un familiar.
-Se prohíbe la compra y venta de estatuas de seres vivos.
La ley pide a la policía moral que impida el “uso indebido” de grabadoras y radios, como la reproducción de música, que la sharia considera haram.
-También se prohíbe la producción y visualización de fotografías y películas de seres vivos.
Castigos
Para quien incumpla la ley, las penas van desde “ser advertida y asustada por la retribución divina de Dios”, hasta una multa y prisión de hasta tres días.
Tras la promulgación de la nueva normatividad, Roza Otunbayeva, jefa de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán, dijo que “el pueblo afgano merece mucho más” que eso. Declaraciones completamente aguadas que no se compaginan con cualquier manifestación de respeto por los derechos humanos, realizado por la misma ONU en otras latitudes.
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