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Son tres ocasiones comúnmente, en las que el Papa imparte esta bendición.
Redacción (25/12/2025 11:59, Gaudium Press) El Papa ha impartido ya su bendición Urbi et Orbi, para la ciudad de Roma y para todo el mundo, bendición que es privilegio del domingo de pascua, de cuando se elige un nuevo Papa y que se constituye como su primer acto público al salir revestido de los ornamentos pontificios para saludar al pueblo reunido en la Plaza de San Pedro, y del día de Navidad.
Pero en estas ocasiones, esa bendición, que trae aparejada la indulgencia plenaria, se acompaña de un mensaje muy cuidado, en el que resplandece la voz de Pedro.
Destacó el Pontífice que “el nacimiento del Señor es el nacimiento de la paz”.
León XIV reflexionó sobre cómo Jesús nació en la pobreza, rechazado y sin lugar en el albergue, identificándose desde su nacimiento con los pobres.
El Papa señaló que el camino hacia la paz es la responsabilidad personal. Afirmó que “si cada uno de nosotros, a todos los niveles, en lugar de acusar a los demás, reconociera ante todo sus propias faltas y pidiera perdón a Dios”,el mundo cambiaría. Enfatizó que Cristo es nuestra paz porque nos libera del pecado y nos muestra cómo superar los conflictos.
Durante su mensaje, el Papa envió saludos especiales a los cristianos de Medio Oriente, pidiendo justicia y paz para Líbano, Palestina, Israel y Siria. También oró por el pueblo ucraniano, pidiendo que “cese el estruendo de las armas”, y las partes encuentren valor para dialogar.
El Pontífice recordó a las víctimas de guerras olvidadas en Sudán, Sudán del Sur, Mali, Burkina Faso y República Democrática del Congo. Mencionó específicamente a Haití, Myanmar, Gaza, Yemen, y a refugiados y migrantes que cruzan el Mediterráneo o el continente americano.
El Papa concluyó recordando que aunque las Puertas Santas del Jubileo se cerrarán pronto, “Cristo, nuestra esperanza, permanece siempre con nosotros”, siendo la puerta siempre abierta que nos introduce en la vida divina.
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