Catholic Extension lanzó un programa de hermanar 1.000 parroquias estables con 1.000 pobres para ayudarlas a sobrevivir.
Redacción (23/02/2021 17:21, Gaudium Press) En EE.UU., las diócesis que más han sufrido económicamente por la pandemia son las más pobres.
Si una diócesis es “principalmente rural o no hay bastantes católicos en esa región, esas cosas afectan a la diócesis”, dice Patrick Markey, director ejecutivo de la Conferencia Diocesana de Manejo Fiscal. La Iglesia vive de lo que le ofrecen los católicos, no de otro tipo de donaciones.
Incluso, si se vive en un área rica, si las personas ricas no son católicos, algunas veces esas personas pueden ayudar a la Iglesia y sus escuelas, pero otras veces no, dice Markey.
“Trabajando con las 86 diócesis más pobres en los EE.UU., si usted suma todos los activos financieros de esas 86 diócesis, no son iguales a los activos de una gran arquidiócesis metropolitana como Chicago, Nueva York o Los Ángeles”, afirma Joe Boland, vicepresidente de misión para Catholic Extension. Esas diócesis estaban luchando con sus finanzas desde antes de la pandemia, dice.
Algo como lo ocurrido con la sociedad
“Hubo personas que no fueron tan afectadas, y organizaciones que no fueron tan afectadas con la pandemia. Y hubo personas que estaban en la base financiera más frágil, y esas sufrieron más. (…) Lo mismo es con la Iglesia Católica”, expresó Boland.
Para las diócesis más frágiles, el Programa de Protección de Cheques de Pagos del gobierno (PPP), un programa de ayuda para proteger el empleo, fue salvavidas.
Dice Markey que a nivel nacional, la caída de colectas parroquiales al inicio de la pandemia fue del rango entre el 40 y el 60 por ciento, y que desde entonces esa caída se ha estabilizado entre el 15 y el 30 por ciento. Pero esos números normalmente son más bajos en las diócesis pobres.
Catholic Extension lanzó el pasado Miércoles de Ceniza la Iniciativa Kinship, que busca unir 1.000 parroquias en los EE.UU. con otras mil que son pobres, para que cada una pueda contribuir con U$1.000 o más con su parroquia hermana pobre en esta cuaresma.
Markey también destacó la generosidad de la gente, que calificó como “increíble”. “Las personas están siendo golpeadas pero están dando”. Es algo “conmovedor”.
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