El Papa meditó en el Evangelio del día, en que las personas preguntaban a San Juan Bautista qué hacer.
Redacción (13/12/2021 08:50, Gaudium Press) En su meditación ayer en la Plaza de San Pedro, Francisco aprovechó la lectura evangélica del día para meditar sobre el Adviento y la pronta venida del Señor:
“¿Qué debemos hacer?” (Lc 3, 10) preguntaban las personas al Bautista. ‘¿Qué debemos hacer?’ nos podemos preguntar ante la pronta venida del Niño Dios en la gruta de Belén.
Un corazón que debe ser tocado por la presencia del Señor
Esa pregunta nace de un “corazón tocado por el Señor, es el entusiasmo por su venida lo que lleva a decir: ¿qué debemos hacer?”. Como cuando viene un ser querido a visitarnos, lo esperamos “con alegría e impaciencia” y nos preparamos, “nos pondremos manos a la obra”. “Así es con el Señor – dijo el Papa – la alegría de su venida nos hace decir: ¿qué debemos hacer?”. Pero también, afirmó el Pontífice, “Dios eleva esta pregunta a un nivel superior: ¿qué hacer con mi vida? ¿A qué estoy llamado? ¿Qué es lo que me llena?”. Y la respuesta – dijo – está en el Evangelio.
“La vida tiene una tarea para nosotros. No es algo sin sentido, no se deja al azar. ¡No! Es un regalo que el Señor nos da, diciéndonos: ¡descubre quién eres, y trabaja para realizar el sueño que es tu vida!”
“Cada uno de nosotros -no lo olvidemos- es una misión a cumplir. Así que no tengamos miedo de preguntar al Señor: ¿qué debo hacer?”, expresó Francisco.
Y para formularnos esas preguntas “sirve el tiempo de Adviento, para detenernos y preguntarnos cómo podemos preparar la Navidad. Estamos ocupados con tantos preparativos, para regalos y cosas que pasan, pero preguntémonos qué debemos hacer por Jesús y por los demás”.
Compromisos concretos
A quienes le preguntaban sobre qué hacer, San Juan Bautista ofrecía respuestas específicas, les hablaba de “la situación real de sus vidas”, pues “la fe la se encarna en la vida concreta”. “No es una teoría abstracta y generalizada -agregó-, toca la carne y transforma la vida de cada uno».
“Hagamos un compromiso concreto, aunque sea pequeño, que se ajuste a nuestra situación de vida, y llevémoslo adelante para prepararnos en esta Navidad. Por ejemplo: puedo llamar por teléfono a esa persona que está sola, visitar a aquel anciano o aquel enfermo, hacer algo para servir a los pobres, a los necesitados”.
Este tiempo de Adviento es también propicio para saldar las deudas que tenemos con el Señor, indicó el Pontífice.
“Quizás he descuidado la oración y después de mucho tiempo es hora de acercarse al perdón del Señor”. ¡Busquemos una cosa concreta y hagámosla! Que la Virgen, en cuyo seno Dios se hizo carne, nos ayude.”
Con información de Vatican News
Deje su Comentario