En el Ángelus dominical el Papa comentó la lectura evangélica del día, en la cuál San Pedro declara que Jesús es el Hijo del Dios vivo.
Ciudad del Vaticano (24/08/2020 10:14, Gaudium Press) En el Ángelus de ayer, el Papa meditó la lectura del día, en la cuál San Pedro declara que Jesús es el Hijo del Dios vivo. (Mt 16, 13-20).
El Señor pregunta qué dice la gente que quién es él: “Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas”, le responden. Y Él les vuelve a preguntar: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Pedro toma la palabra, afirma que Jesús es el Mesías, “el Hijo de Dios vivo”. Ante esta respuesta, Jesús destaca su verdad, le dice que esto se lo ha revelado el Padre, y lo hace la roca sobre la cual se edificará la Iglesia:
“Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.
La confesión de Pedro, es la coronación de un camino de fe
El Papa Francisco explicó que es el propio Jesús quien provoca la confesión que hace San Pedro, mediante un camino de educación en su fe.
Al preguntarles – después de que los apóstoles respondieron que se decía que el Señor era un profeta – “¿Quién decís que soy yo?, les hace una pregunta directa que los llama a involucrarse, a que manifiesten por qué siguen a Cristo.
Sin embargo, la respuesta “tan luminosa” de San Pedro, “es fruto de una gracia especial del Padre celestial”, como es confirmado por el propio Jesús.
Y en la respuesta de Cristo, que lo hace roca sobre la que se construirá la Iglesia, el Señor reconoce que San Pedro ha sido fiel a esa gracia del Padre.
Hoy Jesús dirige esa pregunta a cada uno de nosotros
Francisco afirmó que Dios hoy dirige esa pregunta a cada cristiano, como a los primeros discípulos. Se “trata de entender quién es Cristo para nosotros”, es decir, “si Él es el centro de nuestra vida y el fin de todo nuestro compromiso en la Iglesia y en la sociedad”.
El Papa tuvo también unas palabras sobre la solidaridad cristiana, que “no es simple filantropía”, sino que es “mirar al otro con los mismos ojos de Jesús”, es “ver a Jesús en el rostro del pobre”.
La caridad es siempre la vía maestra de la perfección, dijo el Papa al tiempo que advirtió que “es necesario que las obras de solidaridad no desvíen del contacto con el Señor Jesús”.
Concluyó su catequesis diciendo que “María Santísima, bienaventurada porque ha creído, sea para nosotros guía y modelo en el camino de la fe en Cristo, y nos haga conscientes de que la confianza en Él da sentido pleno a nuestra caridad y a toda nuestra existencia”.
Con información de Vatican News
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