Consagrarse es entregarse, lo que se hace desde el corazón. Aquí se propone una fórmula de consagración.
Redacción (19/03/2024, Gaudium Press) A San José, Patrono de la Iglesia y Patriarca de la Sagrada Familia, se le encomendó la mayor de las responsabilidades: ser esposo de la Santísima Virgen y padre adoptivo del mismo Dios. Él fue preparado para ello y en los momentos más difíciles del cumplimiento de su misión se dejó guiar por los Ángeles. Pese a ello, su principal virtud fue la humildad. San José nunca buscó destacar ni ocupar puestos que no le correspondían. Como responsable de la educación del Niño Jesús, tuvo la experiencia única de dar órdenes al mismo Dios y, sin embargo, no había nadie entre los hombres más obediente a Dios que él.
Consagrémonos a San José y pidamos su ayuda en cada momento de nuestra vida:
Consagración a San José
Oh santísimo esposo de María, aquí están aquellos a quienes has asistido de manera especial, en todas las circunstancias, y que te toman como patrono de confianza.
Tú, oh San José, cumpliste tu misión y la llevaste hasta sus últimas consecuencias, en la perfección de tus virtudes.
¿Y no somos nosotros también llamados? ¿No hay algo en nuestros caminos por ser realizado? Sí, en estos momentos trágicos, en los que la humanidad se encuentra en el delirio de una decadencia horrible, cada uno de nosotros tiene una misión específica con vistas al Reino de vuestra purísima Esposa.
Con el auxilio de Ella y su protección, debemos revertir la situación actual, combatir el mundo y vencerlo y, por tanto, debemos ser íntegros, prudentes y fieles.
Sin embargo, reconocemos nuestra insuficiencia humana ante un panorama tan enorme. Y nos dirigimos a ti pidiéndote que nos acojas con tu paternidad y aceptes la consagración que te hacemos.
Entregamos nuestras almas, nuestros bienes y nuestras pertenencias a los pies de Nuestro Señor Jesucristo, a través de ti. Como cabeza de la Sagrada Familia, tu relación de autoridad sobre el Niño Jesús se mantiene durante la eternidad, de modo que Él siempre atenderá lo que le pidas.
Por eso, te suplicamos: como Patriarca de la Santa Iglesia Católica, a la que nunca dejas de socorrer, toma a cada uno de nosotros en tus manos y gobiérnanos.
Y, por tu intercesión ante María Santísima, te rogamos que nos obtengas tu fe y tu confianza,
La serena certeza de que la Santa Iglesia alcanzará el triunfo,
El coraje de los cruzados,
La perfección con la que reaccionaste ante todas las perplejidades,
Y el esplendor de una santidad nunca antes conocida en la Historia. Que así sea.
(Consagración a San José compuesta por Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP.)
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