En el Líbano, flotó un Rosario gigante en el mar

La iniciativa, realizada para la fiesta de Nuestra Señora del Mar, contó con participación de varios católicos.

Fotos: Joe Abdel Sater.

Redacción (21/05/2024, Gaudium Press) Con motivo de la fiesta litúrgica de Nuestra Señora del Mar, un católico montó un gigantesco Santo Rosario en la ciudad costera de Bouar, situada en el suroeste del Líbano. Joe Abdel Sater contó con la ayuda de familiares y amigos para lograr esta piadosa hazaña.

Dificultades para poner en marcha el proyecto

Después de meses de contemplar el mar diariamente, Sater recibió la inspiración para construir un Rosario en la superficie del agua. El padre Ferez Tawk bendijo la iniciativa, que también contó con el apoyo del alcalde. A pesar de ello, Sater tuvo numerosas dificultades para hacer despegar esta ambiciosa empresa.

“Durante un mes estuve dudando sobre qué materiales utilizar: ¿madera o espuma? ¿Cómo podría proteger la forma del Rosario contra las corrientes cambiantes? La divina providencia hizo las cosas más fáciles”, afirmó.

Proceso de elaboración del Santo Rosario flotante

El Santo Rosario construido por Sater está formado por botellas de plástico blancas, que simbolizan las cuentas del Ave María, y botellas azules más grandes, que indican las cuentas del Padre Nuestro. La cruz del Santo Rosario está realizada en madera. Se instalaron luces para que el rosario emitiera brillo por la noche.

“Bajé y até las cuentas con una cuerda, fijándolas a las rocas de abajo. Por lo tanto, a pesar de los cambios de marea, la forma del Rosario permaneció intacta”, explicó en una entrevista con ACI Mena, la agencia de noticias árabe del Grupo ACI.

Reflexión sobre las cuentas del Rosario

Durante la celebración de la fiesta de Nuestra Señora del Mar, el 11 de mayo, el Padre Tawk reflexionó sobre el simbolismo del Santo Rosario. “Por sí solas, las cuentas del Rosario pierden su significado. Como fieles católicos, somos esas cuentas y nuestra comunidad nos une a través de las turbulentas olas de la vida”, dijo.

“Sin esta comunión, incluso el creyente más fuerte puede ser arrastrado. Pero caminando juntos, con Jesús como ancla, podemos capear cualquier tormenta y encontrar la redención. De esta manera nos asemejamos a María, que se mantuvo firme en su fe bajo la Cruz, entendiendo que el sacrificio de Jesús es el comienzo de la salvación”, concluyó. (EPC)