Por las dificultades económicas fruto de la pandemia, muchos venezolanos que habían emigrado a Colombia están regresando a su país. Pero no a todos se les permite la entrada.
Cúcuta (26/08/2020 08:18, Gaudium Press) Por las dificultades económicas fruto de la pandemia, muchos venezolanos que habían emigrado a Colombia están regresando a su país. Pero no a todos se les permite la entrada.
Es común ver en las carreteras colombianas a caminantes, a veces familias enteras, de venezolanos dirigiéndose a las fronteras con su país.
Pero entrar a Venezuela, que además está devastado por diversas crisis, tampoco les está siendo fácil.
En el principal puerto fronterizo entre Colombia y Venezuela, que es la ciudad de Cúcuta, las autoridades venezolanas solo permiten el ingreso de 200 venezolanos por día. Pero ni siquiera esto: el cupo máximo semanal de ingreso, es de 1.000 personas semanales, es decir alrededor de 150 venezolanos por día. Sin embargo por día están llegando entre 200 y 300 migrantes, lo que resulta en un número creciente de personas que intentan regresar a su país y no pueden hacerlo.
Dos toneladas y media de alimentos distribuidos
A esta población que permanece estacionada atrás de la frontera en Colombia, el pasado 24 de agosto la diócesis de Cúcuta distribuyó dos toneladas y media de alimentos, gracias a la ayuda del Papa Francisco.
Estos venezolanos además se encuentran en refugios improvisados, en las más precarias condiciones.
El obispo de la diócesis de Cúcuta, Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid, ha pedido a todos los habitantes de esta zona fronteriza que eleven una plegaria a Dios, para que custodie y proteja a estas familias, y que ilumine a los gobernantes para que encuentren una respuesta adecuada a las necesidades de los migrantes venezolanos.
Pero también, ha hecho un apelo a la caridad cristiana de los colombianos: “A pesar de la difícil situación económica que se vive hoy en día, incluso en nuestra diócesis, no dejaremos de ejercer la caridad hacia nuestros hermanos y hermanas migrantes», afirmó el obispo, “porque el amor de Cristo nos impulsa”.
Con información de Vatican News
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