Los condenados son Abbas Soori, Mehran Shamloui y Narges Nasri, esta última en la mitad de su embarazo.
Redacción (14/03/2025 11:19, Gaudium Press) Desde Irán llegan nuevos casos de persecución religiosa contra la minoría cristiana. Según el portal especializado Article18, tres conversos del islam, entre ellos una mujer embarazada de su primer hijo, han sido condenados a varios años de cárcel por cargos relacionados con sus creencias y reuniones de culto. La sentencia contra la futura madre fue dictada el 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer.
Los condenados son Abbas Soori, Mehran Shamloui y Narges Nasri, esta última en la mitad de su embarazo. Fueron juzgados sin atenuantes por el magistrado Iman Afshari, del Tribunal Revolucionario Islámico, conocido por sus duras sentencias contra minorías y activistas.
Narges, de 37 años, ha recibido la condena más severa: 10 años de prisión por «actividades de propaganda contrarias a la ley islámica», más otros cinco por pertenecer a un «grupo de oposición», como se considera a las iglesias domésticas (protestantes evangélicas), y un año adicional por «propaganda contra el Estado». En la base de la condena se encuentran publicaciones en redes sociales a favor del movimiento «Mujeres, Vida, Libertad», surgido tras el asesinato de Mahsa Amini por no llevar correctamente el hiyab.
Por su parte, Abbas, de 48 años, ha sido sentenciado a 15 años de prisión, 10 por «actividades de propaganda» y cinco por pertenecer a un «grupo de oposición». Mehran, de 37 años, ha recibido ocho años de cárcel por el primer cargo y dos años y ocho meses por el segundo.
Además de las penas de cárcel, los tres han sido privados de sus derechos sociales durante años, incluyendo el acceso a la salud, el empleo y la educación; algo que por otra parte difícilmente podrían tener estando en prisión. A Narges y Abbas se les ha impuesto una prohibición de 15 años en este sentido, mientras que a Mehran se le ha restringido por 11 años. Asimismo, los dos primeros deberán pagar una multa de 330 millones de tomans (3.500 dólares) y el tercero de 250 millones (2.750 dólares). Narges y Abbas tampoco podrán unirse a ningún grupo, residir en su provincia natal de Teherán ni salir del país durante dos años tras su liberación.
Redadas contra conversos
Los tres cristianos fueron detenidos en otoño de 2024 en redadas simultáneas llevadas a cabo por los servicios de inteligencia en sus domicilios de Teherán. Durante los operativos, las autoridades confiscaron biblias, cruces e instrumentos musicales. En el caso de Mehran, que es músico, su equipo confiscado estaba valorado en unos 5.500 dólares. Tras su arresto, fueron trasladados a la sección 209 de la prisión de Evin, bajo control del Ministerio de Inteligencia.
Un mes después de su detención, tras largos interrogatorios, fueron liberados bajo fianza de más de 20.000 dólares cada uno. No obstante, el 15 de febrero comparecieron ante la Sección 26 del Tribunal Revolucionario de Teherán, donde se les imputaron los cargos de «pertenencia a grupos de oposición», «propaganda contra el sistema» y «actividades de propaganda contrarias a la ley islámica a través de relaciones exteriores», en virtud de los artículos 499, 500 y 500a del Código Penal.
El mismo día de su arresto, al menos otros 10 cristianos fueron detenidos en redadas coordinadas en diversas ciudades del país, incluidas Karaj, Mashhad, Shiraz y Bandar Abbas. Entre los detenidos, Abbas ya había sido arrestado en 2020 junto a otra cristiana conversa, Maryam Mohammadi, y su pastor, Anooshavan Avedian, de origen armenio-iraní. En aquel caso, Abbas y Maryam recibieron penas no privativas de libertad, mientras que Anooshavan fue condenado a 10 años de prisión. Sin embargo, el pasado septiembre fue absuelto tras cumplir poco más de un año de su condena.
Regresión de la libertad religiosa
Estos nuevos casos de persecución confirman lo que diversas organizaciones han denunciado: una «clara regresión» de la libertad religiosa en Irán, que se enmarca dentro de la represión gubernamental tras las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini. La Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos ha pedido la reclasificación de la República Islámica como «nación especialmente preocupante (CPC)» debido a sus «violaciones sistemáticas y atroces» de la libertad religiosa.
Por otro lado, se ha informado de la liberación de Somayeh Rajabi, quien abandonó la prisión de Mati Kola el mismo 8 de marzo, día en que fueron condenados los otros tres cristianos. Detenida el 6 de febrero durante una redada en una reunión de oración en la provincia de Mazandaran, Rajabi ha quedado en libertad tras el pago de una fianza de más de 40.000 dólares, una cantidad desorbitada para un país sumido en una grave crisis económica.
Mansour Borji, director de Article18, ha denunciado que «fijar cantidades exorbitantes como fianza para los cristianos detenidos únicamente por ejercer su legítimo derecho a la libertad religiosa es una táctica cruel y opresiva». Y concluye: «Mientras millones de iraníes luchan contra una severa austeridad, el gobierno se aprovecha de sus dificultades financieras para castigar y silenciar aún más a las minorías religiosas».
Con información de Asia News/InfoCatólica
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