El Pontífice siguió meditando basado en la Carta a los Gálatas.
Redacción (30/06/2021 08:58, Gaudium Press) Hoy en la Audiencia General, Francisco continuó meditando sobre textos de la Carta a los Gálatas y la forma como los cristianos deben vivir su fe.
San Pablo se dirige a esa comunidad, indicado que cada uno debe “reafirmar la novedad del Evangelio, que los Gálatas han recibido de su predicación, para construir la verdadera identidad sobre la que fundar la propia existencia”.
Cuando en una comunidad se presentan problemas, no hay que detenerse en la superficialidad de los mismos, sino que hay que profundizar en “la verdad del Evangelio”.
A los Gálatas, San Pablo “cuenta la historia de su vocación y conversión, que coincide con la aparición de Cristo Resucitado durante el viaje hacia Damasco (cfr Hch 9,1-9). «Encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, y cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres» (Gal 1,13-14)”.
Pensar en los encuentros con la gracia de Jesús
El contar su historia, es simplemente para que los Gálatas, y todos, vean la misericordia que Dios había usado con él, y que está dispuesto a usar con todos, haciendo que nos transformemos radicalmente.
“Dios, con su gracia, le había revelado a su Hijo muerto y resucitado, para que él se convirtiera en anunciador en medio de los paganos (cfr Gal 1,15-6)”, dijo el Papa.
“¡Los caminos del Señor son inescrutables! Lo tocamos con la mano cada día, pero sobre todo si pensamos en los momentos en los que el Señor nos ha llamado!”, afirmó.
“Tener fijo en el corazón y en la mente ese encuentro con la gracia, cuando Dios ha cambiado nuestra existencia. Cuántas veces, delante de las grandes obras del Señor, surge de forma espontánea la pregunta: ¿cómo es posible que Dios se sirva de un pecador, de una persona frágil y débil, para realizar su voluntad? Sin embargo, no hay nada casual, porque todo ha sido preparado en el diseño de Dios. Él teje nuestra historia y, si nosotros correspondemos con confianza a su plan de salvación, nos damos cuenta”.
El Papa finalizó su alocución señalando que la llamada del Creador conlleva siempre una misión a la que estamos destinados, misión a la que Dios nos envía y nos sostiene con su gracia: “Dejémonos conducir por esta conciencia: su gracia transforma la existencia y la hace digna de ser puesta al servicio del Evangelio”.
Con información de Vatican News
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