Según varias personalidades extranjeras que dan clases en China – se preparan una serie de reglamentaciones para frenar o eliminar la posibilidad de que profesores extranjeros evangelicen, o hagan alguna referencia a cualquier religión.
Beijing (08/09/2020 09:34, Gaudium Press) La persecución a la religión en la China es sistemática, procesiva, con visos de total.
Continuamente llegan noticias de lugares de culto clausurados, por razones varias, como que no satisfarían las condiciones de seguridad o higiene básicas, o porque no cuentan con las debidas autorizaciones, etc.
Igualmente es conocida ya en el mundo entero la campaña del gigante asiático para destruir cualquier símbolo cristiano que sea visualizado desde el espacio público, particularmente cruces e imágenes.
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Los jóvenes chinos, deseosos de conocer de cristianismo
Ahora llega la noticia de que – según varias personalidades extranjeras que dan clases en China – se preparan una serie de reglamentaciones para frenar o eliminar la posibilidad de que profesores extranjeros evangelicen, o hagan alguna referencia a cualquier religión.
Y es que los jóvenes chinos están cada vez más apetentes de contenido religioso. Según investigaciones de hace pocos años, más del 60 % de los estudiantes de universidades de Beijing o Shanghai están ansiosos por aprender sobre cristianismo. Y si hay la apetencia, pues lo que la satisfaga es importante, y para los intereses del gobierno comunista puede ser ‘peligroso’, empeñado como está en imponer una cultura nacionalista socialista atea.
En un gobierno paranoico en este sentido, incluso las referencias a elementos claves de la cultura occidental son peligrosos, pues los consideran como un caballo de Troya por el que se inoculan las creencias religiosas cristianas. Y en esa paranoia nacional-comunista, los profesores extranjeros son blanco de la vigilancia y la persecución.
Hasta más de 12.000 euros para quien facilite la captura de un extranjero ‘evangelizador’
Por ejemplo, en la provincia de Hainan, la seguridad pública paga una recompensa de hasta 100.000 yuanes (poco más de 12.000 euros) por quien de indicios que lleven a la captura de extranjeros “que realicen actividades religiosas sin permiso”, siendo que el término ‘actividades religiosas’ es demasiado amplio.
Se afirma que con las nuevas reglamentaciones anunciadas, hay un particular interés en los extranjeros que den clases de lenguaje, literatura o cultura, pues estos asuntos pueden despertar el interés de los jóvenes chinos en la religión. El deseo del gobierno de imponer una cultura nacionalista evidencia poco a poco su deseo de cerrar el campo de visión particularmente de la juventud hacia otras culturas, específicamente la occidental.
Por lo demás, los comunistas tienen muy claro el vínculo entre cultura y creencias.
Con información de Asia News
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