El Arzobispo pidió que se reabran los templos y recordó cuestionamientos sobre los motivos para no incluir el culto divino en los servicios esenciales.
Londres (01/06/2020 21:07:57, Gaudium Press) El Arzobispo de Westminster, Inglaterra, Cardenal Vincent Nichols, reiteró en su homilía de la fiesta de Pentecostés la solicitud de que los templos del país sean reabiertos. El purpurado afirmó que, incluso si se permite al menos la oración privada, este contacto con Dios reanimará la fe y traerá notables beneficios a la sociedad.
El prelado comparó la situación de los fieles en confinamiento con la de los discípulos antes de Pentecostés. «Hoy pensamos en el grupo de discípulos, con María, esperando, como se les ordenó, en el aposento alto. Las puertas estaban cerradas», predicó el Arzobispo, según reportó Zenit.. En esas condiciones fueron visitados por Cristo, quien sopló sobre ellos. Tras recibir el Espíritu Santo, salieron del lugar a predicar abiertamente.
Reabran los templos
«Nosotros también estamos esperando abrir estas puertas, las puertas de nuestras iglesias. La espera ha sido difícil, pero hemos aceptado la decisión del Gobierno de cerrar nuestras iglesias porque la protección de la vida lo requería», afirmó el Cardenal Nichols. «Pero los anuncios de esta semana del Primer Ministro de que algunos locales de ventas en interiores pueden estar abiertos mañana y que la mayoría de las tiendas pueden estar abiertas el 15 de junio, cuestiona directamente las razones por las cuales nuestras iglesias permanecen cerradas».
El purpurado cuestionó la exclusión de la Iglesia. «El papel de la fe en nuestra sociedad se ha hecho aún más claro en estas últimas semanas: como una motivación para el cuidado desinteresado de los enfermos y moribundos; para proporcionar comodidad crucial en el duelo; como una fuente de provisión inmensa y efectiva para aquellos con necesidades agudas y apremiantes; como una visión de la dignidad de cada persona, una dignidad que debe estar en el corazón de la reconstrucción de nuestra sociedad», expresó. «La apertura de nuestras iglesias, aunque solo sea por la oración individual, ayuda a nutrir esta contribución vital a nuestro bien común».
El Espíritu Santo no es detenido por el confinamiento
«¿Cuál es el riesgo para una persona que se sienta en silencio en una iglesia que está siendo limpiada, supervisada adecuadamente y en la que se mantiene el distanciamiento social?», cuestionó el purpurado. «Ahora es el momento de pasar a la apertura gradual de nuestras iglesias».
El Arzobispo indicó que la acción del Espíritu Santo no es detenida por los medios humanos y que es justamente Él quien anima la fe de los fieles. «Qué difícil es estar lejos de esta comunión eucarística. Cuánto necesitamos confiar en el mismo Espíritu Santo para traer la presencia del Señor a nuestros corazones a través de una comunión espiritual. El Espíritu Santo puede hacer eso», predicó. «Ningún confinamiento, muro o regla puede limitar la obra graciosa del Espíritu Santo, cuyos dones se encuentran en tantos lugares».
Con información de Zenit.
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