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El pasado 12 de diciembre, el Papa León XIV se encontró con sacerdotes, religiosas, religiosos y seminaristas latinoamericanos que estudian en Roma.
Foto: Vatican News
Redacción (15/12/2025 09:48, Gaudium Press) El pasado 12 de diciembre, el Papa León XIV se encontró con sacerdotes, religiosas, religiosos y seminaristas latinoamericanos que estudian en Roma, a quienes habló en español, y enfatizó la centralidad del llamado de Cristo a seguirle y las exigencias que implica la vida consagrada y el sacerdocio.
En su mensaje, fechado el 9 de diciembre, memoria de san Juan Diego, vidente de Guadalupe, el Pontífice reflexionó sobre el significado profundo de la palabra “sígueme” que Jesucristo utilizó al llamar a sus discípulos, describiéndola como “el propósito más profundo de nuestra vida, sea como seminaristas, como sacerdotes o como miembros de la vida consagrada”.
La iniciativa de la vocación es de Dios
El pontífice subrayó que en los textos evangélicos de llamamiento se constata “la absoluta iniciativa del Señor”, quien llama sin mérito previo. León XIV explicó que esta vocación se convierte en “una oportunidad para llevar el mensaje evangélico a los pecadores y a los débiles”, transformando a los discípulos en instrumentos del designio salvífico de Dios.
El Papa recordó el episodio del joven rico, que lamentablemente no siguió al Señor por estar apegado a sus riquezas, para ilustrar las exigencias de la vocación: la primacía absoluta de Dios, el conocimiento de la ley divina, y el desasimiento de toda seguridad humana. Citando a San Ambrosio, el Pontífice señaló que Cristo no pretende eludir los deberes naturales, sino abrir los ojos a una nueva vida donde nada puede anteponerse a Dios.
Comunión y unidad en la vida religiosa
León XIV enfatizó que la unión con Jesús no aparta del hermano sino que revierte en comunión con los demás. El Papa afirmó que los religiosos no están unidos por simpatía o conveniencia, sino por “la pertenencia al pueblo que el Señor adquirió a precio de su Sangre”.
Aludiendo al Evangelio de Juan, el Pontífice destacó cómo Jesús repite una y otra vez a Pedro el “sígueme” después de su triple confesión de amor, recordando que será la voz de Jesús la que con “amorosa paciencia nos sostenga” cuando la mirada se nuble en medio de las dificultades.
Debemos hacer este seguimiento en una sociedad de ruido
Para el contexto actual, el Papa señaló que estamos en una sociedad de ruido que confunde, y por ello se requieren discípulos que anuncien la primacía de Cristo y que tengan su voz clara en oídos y corazón. León XIV explicó que este conocimiento se alcanza mediante la lectura de las Sagradas Escrituras, meditada en el silencio de la oración profunda, la acogida de la voz de los pastores y el estudio de los tesoros de sabiduría de la Iglesia.
El mensaje incluye una exhortación directa a no apegarse a los aplausos ni quedarse en el recuerdo de las crisis, sino a reconocer que todo forma parte de la formación. El pontífice estableció un paralelo entre el compromiso sacerdotal y religioso con el matrimonio cristiano, señalando que el vínculo con Cristo debe mantenerse “en la salud y en la enfermedad; en la pobreza y en la riqueza”.
El Pontífice concluyó sus palabras encomendando a los religiosos latinoamericanos a la Virgen María de Guadalupe, cuya fiesta se celebraba ese día, pidiéndole que les enseñe a responder con valentía y a ser piedras vivas de un templo para la gloria de Dios. León XIV intercedió para que todo lo asimilado durante su estancia en Roma sea fructífero en su misión evangelizadora.
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